Antonio Segura Marrero - Vie, 30/06/2017 - 10:14
Los últimos cambios experimentados en la sociedad actual han repercutido en la reformulación del paradigma educativo. Bajo este nuevo paradigma, encontramos al alumno como agente activo en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, por lo tanto, como responsable de su propio aprendizaje. Ante esta situación, es imprescindible –en el ámbito educativo en general y en las universidades en particular– el uso de técnicas y recursos que faciliten un aprendizaje significativo al alumnado.
En este sentido, los mapas conceptuales resultan ser una herramienta de aprendizaje que permite al docente construir con sus alumnos y explorar en sus conocimientos previos, organizando, interrelacionando y fijando nuevos conocimientos de manera gráfica; facilitando de este modo la comprensión de la relación existente entre conceptos.
Pero ¿sabemos realmente qué son los mapas conceptuales y qué beneficios reporta su uso al alumnado?
Los mapas conceptuales surgieron como una forma de poner en práctica la teoría del aprendizaje significativo de David Ausubel, centrada en la idea de que los contenidos nuevos deben relacionarse con los conocimientos previos que tiene la persona para que el aprendizaje sea significativo. Sin embargo, para entender su utilidad, necesariamente debemos hablar de las técnicas de la arquitectura de conocimiento desarrolladas por Joseph D. Novak.
Novak establece que la estructura cognitiva está organizada jerárquicamente, por ello, la producción de nuevos significados mediante el aprendizaje significativo se desarrolla cuando el individuo vincula los nuevos conocimientos a otros adquiridos previamente. Como consecuencia, se modifican los conceptos existentes y se establecen nuevos enlaces entre ellos, generando así nuevos conocimientos.
Mediante el uso de mapas conceptuales, se llevan a la práctica ambas teorías por ser una herramienta de análisis y síntesis que permite conseguir un aprendizaje efectivo. En esta línea, los mapas conceptuales deben seguir los principios que se muestran a continuación:
Figura 1. Principios e ideas que debe contener un mapa conceptual (adaptado de Novak. 1998, p.54).
Por estos motivos, los mapas conceptuales son considerados como una opción de alto valor educativo. En esta línea, se fundamenta la metodología de la Universidad Isabel I, siempre ligada a la utilización de aquellos recursos que resulten realmente útiles para el aprendizaje de los alumnos.
Desde la Universidad Isabel I, apostamos por el uso del mapa conceptual como técnica cognitiva enmarcada dentro del modelo educativo actual y en constante revisión que nos caracteriza. Por ello, pone a disposición del alumnado este recurso en cada una de las unidades didácticas que componen las diversas asignaturas de nuestras titulaciones, persiguiendo una doble finalidad. Por un lado, por ser instrumentos de organización y representación de los conocimientos, sencillos y prácticos, que permiten transmitir con claridad mensajes conceptuales complejos. Y, por otro, por ser una orientación para el alumnado al tratarse de un reflejo de los conceptos que resultan más relevantes para el docente. Así, se convierten en un recurso esencial para la asimilación y posterior estudio de los contenidos.
En definitiva, mediante el uso de este recurso, se sigue una línea de mejora y progreso del alumnado en beneficio de su desarrollo académico, beneficio que se establece como un objetivo principal que orienta la práctica educativa de la Universidad Isabel I.
Entrada publicada el 30/06/2017
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2605-258X
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