Comunicación - Vie, 20/12/2019 - 10:21
La sociedad contemporánea es enormemente compleja. Gracias al desarrollo social y económico nos comportamos de forma muy distinta respecto a las últimas décadas. También el desarrollo tecnológico ha cambiado nuestra forma de vida. Una de las esferas de nuestra sociedad que ha cambiado muchísimo por la incidencia tecnológica es la seguridad. Los estudios de Ciencias de la Seguridad actuales tratan de preparar a los profesionales para esos cambios y retos, sin olvidar que los desafíos en ese campo están en permanente movimiento y mutación.
Uno de los ejemplos de estos nuevos retos en la seguridad es, por un lado, la aparición de toda una rama de especialización vinculada a la tecnología: la ciberseguridad. Por otro lado, la aplicación práctica de dispositivos tecnológicos como, por ejemplo, el uso de drones. Estas máquinas permiten un gran abanico de posibilidades, cuando hablamos de seguridad.
El uso de drones en España. Una legislación más flexible
En España el uso de drones en entornos rurales y urbanos ha estado regulado por la Ley 18/2014 de 4 de julio para mejorar la competitividad y la eficiencia. En un principio, esta normativa era relativamente estricta. Permitía el uso de estos dispositivos, tanto para fines recreativos como para explotar las utilidades de un dron en el terreno profesional. Pero lo hacía con múltiples condicionantes y salvedades.
Según se ha ido generalizando el uso de drones en España, esta normativa ha ido recibiendo cambios para abrirse un poco más. En sucesivas modificaciones de la Ley, en 2017 y 2019, se contemplan nuevos escenarios y situaciones. También se flexibilizan un poco más los requisitos para volar un dron en cielo español. Aunque el uso recreativo de estos dispositivos es algo más amigable para el usuario, el uso profesional continúa requiriendo la obtención de una licencia de vuelo especial. Este permiso debe estar avalado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y se obtiene en un plazo aproximado de un mes.
Ventajas de los drones en el campo de la seguridad
Igual que han aumentado sus aplicaciones para las fuerzas policiales, el uso de drones en seguridad ha expandido el campo de acción para los profesionales privados. La utilidad de los drones reside sobre todo en su alta movilidad, su flexibilidad para distintas situaciones y la posibilidad de operación remota, así como la automatización de procesos. Por eso es cada vez más habitual que las empresas líderes del sector tengan en el inventario vehículos no tripulados. Y personal cualificado para operar con ellos.
La vigilancia desde el aire garantiza una mayor área de cobertura. En zonas con una geografía compleja, se puede complementar la acción de videocámaras y vigilantes con el uso drones. Aunque la mayor extensión de terreno vigilado, con un menor coste y mayor agilidad es una de las utilidades de un dron que más destacan.
Gracias al uso de drones también se pueden controlar mejor grandes aglomeraciones de personas, accesos y evacuaciones de recintos. Incluso se reducen prácticamente a cero los protocolos de vigilancia de instalaciones de maquinaria peligrosa o productos tóxicos. La posibilidad de programar con antelación determinados recorridos hacen de las rondas de vigilancia automatizada un «juego de niños» para uno o varios drones.
Los drones no solamente pueden utilizarse para labores de seguridad persuasiva. También son herramientas tremendamente ágiles y útiles para otros campos: prevención y extinción de incendios, gestión y monitorización de la calidad del aire e incluso en labores de escolta de activos de alto valor. La posibilidad de adaptar un dron prácticamente para cualquier uso y en cualquier situación hace que sus potenciales aplicaciones sean literalmente infinitas
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