Camaleón

9 de agosto de 2024. El debate sobre las personas trans sigue generando polémica, no solo por los prejuicios y la discriminación que enfrentan, sino por la sorprendente negación de su existencia por parte de ciertos sectores. Este es el tema elegido por el profesor Álvaro Bayón, docente del Máster en Divulgación Científica de la Universidad Isabel I, en el artículo publicado en Patreon.com.

Al igual que en otros momentos históricos en los que se ha discriminado a diversos colectivos —personas homosexuales, racializadas, mujeres, o personas del espectro autista—, hoy en día se niega la identidad y la realidad de las personas trans en muchos sectores. Esta negación se manifiesta en prácticas como la malgenerización, un fenómeno común entre grupos políticos ultraconservadores y religiosos, que insiste en rechazar la identidad de las personas trans, negando su existencia y derechos.

“Es importante entender que la identidad de género no es un invento contemporáneo ni una confusión biológica. Al igual que la orientación sexual, la identidad de género es una realidad compleja que combina aspectos biológicos, psicológicos y sociales. No se trata de una mera construcción social, sino de una percepción personal y subjetiva que, aunque influida por factores sociales, tiene profundas raíces en la biología y la psicología humana”, explica el docente en su artículo.

El género, asignado al nacer según el sexo observado, no siempre coincide con la identidad de género de una persona. Esta disonancia no es un error o un desorden, sino una manifestación natural de la diversidad humana. De hecho, la biología misma nos muestra que “el sexo no es binario, sino un espectro bimodal, lo que refuerza la idea de que la identidad de género también puede ser diversa y no estrictamente binaria”, matiza el profesor Bayón.

Identidad de género en los animales

Pero la identidad de género no es exclusiva de los humanos. En el reino animal, diversas especies muestran comportamientos que podrían calificarse como transgénero. Por ejemplo, en algunas especies de aves, los machos jóvenes adoptan un plumaje y comportamiento similares al de las hembras para evitar la competencia con machos mayores. En el caso del aguilucho lagunero, hasta el 40 % de los machos pueden tener un plumaje y comportamiento propios de hembras, lo que les permite mezclarse con ellas y, en algunos casos, reproducirse con éxito sin despertar la agresividad de otros machos.

Estos ejemplos demuestran que la naturaleza es diversa y que la identidad de género no es una simple construcción humana, sino un fenómeno biológico observable en diversas especies. Sin embargo, más allá de estos ejemplos, “lo fundamental es el reconocimiento de los derechos humanos. Aunque el ser humano fuese la única especie con diversidad en la identidad de género, ello no restaría valor a las personas trans ni justificaría discursos de odio o negación de su existencia”, añade el profesor Bayón.

En última instancia, la diversidad de la vida, incluida la humana, debe ser respetada y valorada, y los derechos de las personas trans deben ser reconocidos y protegidos, al igual que los de cualquier otro colectivo. No se trata solo de entender la biología, sino de respetar la dignidad humana en toda su complejidad y diversidad.