Psicología y obesidad

Metáfora de la relación entre la psicología y la obesidad.

23 de noviembre de 2023. La Revista Psicología de la Salud ha publicado en su último número un artículo titulado ‘Posicionamiento y calidad en webs vinculadas a la psicología de la obesidad’ elaborado, entre otros, por Andrea Arroyo-Fernández y Gina Lladó Jordán, docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Isabel I.

Los autores del artículo consideran determinante actuar con responsabilidad y consciencia social ante la obesidad, una enfermedad en constante crecimiento. Internet es una de las fuentes de consulta más habituales por los usuarios, por lo que señalan que es fundamental el acceso a contenidos de calidad.

Estudiar la calidad y el posicionamiento de las páginas Web vinculadas a la psicología de la obesidad o temas relacionados con ella como el hambre emocional, la percepción corporal positiva o la intervención psicológica, conforman los objetivos planteados por los investigadores en el estudio publicado, en el que han analizado 99 páginas Web. Como actividad secundaria, los investigadores analizaron cuántos de los recursos estudiados incluían a la psicología como uno de los tratamientos que se deben aplicar en un abordaje multidisciplinar.

Los investigadores analizaron el posicionamiento utilizando PageRank y la calidad de la información mediante DISCERN Test. En sus conclusiones, los investigadores subrayan que “el usuario dispone de páginas moderadamente bien posicionadas con contenido de aceptable calidad, pero insuficiente en cuanto al abordaje de la patología”, indica la profesora Arroyo Fernández, por lo que “consideran urgente aumentar la visibilidad de la psicología” en esta materia.

Multicausalidad de la obesidad

La obesidad se define como la acumulación de exceso de grasa corporal, cuyo origen es multicausal, multifactorial y de carácter crónico, por lo que es importante destacar las comorbilidades y alteraciones asociadas a la enfermedad que ejercen un efecto perjudicial para la salud. Los esfuerzos terapéuticos no deben ir asociados solamente a la pérdida de peso, ya que hay multitud de factores interrelacionados donde es fundamental el acompañamiento de un psicólogo para alcanzar el éxito terapéutico.

Entre los aspectos que puede abordar un psicólogo para ayudar a una persona con obesidad, estarían la insatisfacción corporal, baja autoestima, mayor riesgo de psicopatología como trastornos depresivos o trastornos de ansiedad, alteraciones de conducta alimentaria, comer emocionalmente o tener adicción a la comida. Además, esta patología “afecta negativamente a la salud mental de quienes la padecen, convirtiéndolos en un grupo de riesgo en exclusión social”, indicó Gina Lladó.

Trabajo psicológico

El psicólogo ayuda a trabajar la desmotivación, el abandono, la falta de adherencia o la culpa durante el tratamiento. Internet sirve como fuente alternativa para conseguir las metas de cada uno, como herramienta de consulta y de búsqueda de alternativas terapéuticas. El crecimiento exponencial de esta herramienta ocasiona cambios en la adquisición de conocimientos en el mundo científico-sanitario.

Los autores del artículo advierten de las dudas en cuanto a la veracidad y control de calidad. Algunos autores señalan que el 25% toma la decisión de someterse a una cirugía bariátrica basándose en lo que ha leído en Internet. Por tanto, “la falta de control puede malinformar a los pacientes que quieren ser autónomos en su toma de decisiones, haciendo que tomen estas decisiones en base a información inadecuada, que puede generar confianza con el profesional que les atiende”, señalan. La información que los pacientes encuentran en Internet influye en la toma de decisiones del tratamiento en un 40%.

El estudio realizado por el equipo señala que “es importante destacar que la mayoría de los recursos estudiados presentaron información incompleta en cuanto a los abordajes de la obesidad. Y solo el 31,25% se mencionaba el abordaje psicológico como opción terapéutica”, explican. En este sentido, los investigadores matizan que “se plantea la necesidad de identificar información de calidad para prevenir el uso de dietas rápidas y soluciones inmediatas y alternativas que se apoyen en los grupos sociales vulnerables más influenciables”.

Para los autores del artículo, una alfabetización en salud limitada sumada a la estigmatización social y asociada a la insatisfacción de la atención médica recibida, amplifica la magnitud y el impacto del problema, pudiéndose reflejar de nuevo en el incremento de casos de obesidad, recaídas o casos de trastornos de conducta alimentaria (TCA).