Carátula del programa Crímenes Ibéricos.
7 de octubre de 2022. El 4 abril de 2004 en un garaje de la calle Rosalía de Castro de Vigo (Pontevedra) fue asesinado el empresario y gestor Manuel Salgado de dos tiros en la nuca. La brigada central de Homicidios de Madrid que ha investigado este caso abierto en los últimos 18 años considera que las principales teorías que se han barajado se relacionan con que fue un sicario quien lo eliminó por encargo o alguien de su entorno apretó el gatillo. A pesar de las investigaciones todavía no hay ninguna prueba sólida que identifique a un presunto autor y el crimen sigue sin resolverse, a pesar de que en su día fueron arrestados su exmujer y su novio y liberados por el juez por falta de pruebas.
Este caso ha sido analizado en un nuevo programa de Crímenes Ibéricos, en el que Antonio Sanz Fuentes, coordinador y profesor del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I ha sido invitado para analizar como experto. El periodista Marc Truco abordó la explicación de este crimen con la intencionalidad de matar a Manuel Salgado ya que no sufrió ningún robo tras el disparo. “Cuando se produce uno o varios disparos por la espalda y sin ningún robo que pueda ser el origen del fallecimiento de la víctima, supone un problema criminológico, porque si se desconocen cuáles son las causas que han motivado ese hecho delictivo, resulta muy complicado su esclarecimiento o que se pueda avanzar en futuras prevenciones”, indicó el profesor Sanz Fuentes.
“Este caso es un ejemplo claro de porqué es fundamental la criminalística para identificar a la persona que ha cometido el hecho delictivo porque esto permite indagar en las razones que le han llevado a matar, y, en función de esas razones, determinar políticas públicas o tomar decisiones que nos permitan como sociedad, prevenir hechos similares en el futuro”, matizó el docente. Antonio Sanz insistió en la necesidad de conocer la posible motivación del hecho delictivo para trabajar como criminólogo en la prevención de casos similares.
Todo crimen deja huellas
Antonio Sanz recordó en el programa el principio de que en todo crimen siempre se dejan huellas, y el criminólogo debe tener la pericia y experiencia de encontrarlas para seguir las pistas que puedan esclarecer el caso. “Cuando se produce un hecho delictivo siempre se produce un intercambio, es decir, se dejan huellas o rastros, y esta es la base de la criminalística. Por su parte, la criminología necesitaría saber qué ha ocurrido para trabajar en su prevención, en futuras detecciones, en reinserciones futuras del agresor o el trabajo con las víctimas para minimizar las consecuencias que hayan podido sufrir”, subrayó el profesor.
El profesor Sanz analizó en el programa todos los condicionantes que puede tener la investigación de un hecho delictivo como la falta de recursos o la mediatización del caso pueden acelerar el trabajo de los expertos a la hora de recoger pruebas. En este caso en concreto, una de las balas apareció con posterioridad en la escena del crimen.
Crímenes por honor
Asimismo, exploró algunas cuestiones como la influencia cultural del honor en la producción de hechos delictivos. En este sentido, afirmó en el programa que "es una noción que puede afectar a diferentes culturas y de diferente forma. Lo que debemos hacer es trabajar en cada sociedad la idea que tenemos del honor, para que no nos lleve a tomarnos la justicia por nuestra mano o cometer un hecho delictivo". El profesor Sanz indicó que gracias al proceso civilizatorio se ha ido modificando con el paso de los siglos la conducta violenta de las sociedades. “La idea del honor se puede trabajar a través de la socialización y reducir la importancia que le concedemos hoy en día en nuestra cultura mediterránea, porque la idea del honor hoy en día tiene demasiada importancia, y eso, lleva a entrar en una dinámica obsesiva que nos pueden llevar a justificar comportamientos que no son correctos”, recalcó.
Según el profesor de la UI1, contar con criminólogos puede ayudar a que casos como el de Manuel Salgado dejen de ocurrir.