Juicio Simulado

Juicio simulado organizado en una de las aulas de la sede central de la Universidad Isabel I.

14 de marzo de 2025. Los alumnos del Grado en Derecho y del Máster en Ejercicio de la Abogacía y la Procura de la Universidad Isabel I han participado en un juicio simulado para poner en práctica sus conocimientos en procedimientos judiciales. El caso recreado abordó una denuncia recíproca por lesiones entre dos jóvenes, Gonzalo y Ramón, tras una pelea ocurrida el pasado 27 de enero de 2024, en una discoteca ficticia de una gran ciudad sobre las 3:50 horas.

El juicio, celebrado en audiencia pública, contó con la participación de los futuros juristas en roles de abogados defensores, fiscal, acusados y testigos, poniendo en escena un caso que podría encajar en el artículo 147.2 del Código Penal, relativo a delito leve de lesiones.

Una noche que terminó en agresión

Los hechos relatados en sala ofrecieron versiones contradictorias. Según declaró una de las partes (Gonzalo), representada por su abogado Daniel Villegas, alumno del Grado en Derecho “estaba con mi novia tranquilamente cuando el señor Ramón me empujó sin motivo. Más tarde, me pidió tabaco de forma muy alterada, creo que estaba bajo los efectos de las drogas”. Gonzalo explicó que, tras ser expulsados por los porteros, sufrió una caída durante el forcejeo, lo que le causó una lesión en la espalda. Además, reclamó una indemnización por no haber podido asistir a una entrevista de trabajo tras el altercado.

primer acusado, Gonzalo

Declaración de Gonzalo (nombre simulado).

Por su parte, Ramón, representado por su abogada y alumna del Máster en el Ejercicio de la Abogacía y la Procura, Andrea Cabezas, ofreció una versión completamente distinta: “Solo le pedí un cigarro educadamente. Fue él quien me siguió con su novia, me empujó e insultó. Yo solo me defendí”. Según su testimonio, una vez fuera del local, Gonzalo “me agredió por la espalda y me golpeó con una botella”. Ramón, deportista profesional, aseguró que jamás había consumido sustancias nocivas y que la pelea le ha dejado secuelas físicas y psicológicas. “Me ha afectado a nivel laboral y personal”, afirmó, solicitando una indemnización por los daños sufridos y el pago de sus gafas rotas.

segundo acusado, Ramón

Declaración de Ramón (nombre simulado).

Testigos con versiones enfrentadas

El juicio contó también con la intervención de varios testigos. David, miembro del personal de seguridad de la discoteca, afirmó haber visto cómo Gonzalo golpeó a Ramón con una botella, aunque reconoció desconocer quién inició la pelea.

Guarda de seguridad

Declaración de David, el guarda de seguridad (nombre simulado).

En cambio, Rosa, pareja de Gonzalo, declaró que “no vi cómo empezó la pelea, pero Ramón se acercó a Gonzalo y me pareció que había bebido bastante”. También indicó que acompañó a su pareja a recibir atención médica tras el incidente.

Por último, Olivia, amiga de Ramón, explicó que llegó cuando “los porteros estaban separándolos. Ramón estaba muy magullado, con el hombro sangrando y las gafas rotas”. No fue testigo de la agresión y acompañó a su amigo al hospital para recibir asistencia médica.

Alegatos finales de las partes

El Ministerio Fiscal solicitó una sentencia absolutoria, al considerar que no quedó acreditado quién inició la pelea.

La defensa de Gonzalo pidió su libre absolución amparándose en la legítima defensa recogida en el artículo 20.4 del Código Penal, además de una condena de multa para Ramón y el pago de una indemnización simbólica por los perjuicios sufridos. “Mi defendido no provocó ningún conflicto. Simplemente quiso disfrutar de la noche y fue atacado sin motivo”, sostuvo el letrado Daniel Villegas.

Por su parte, la abogada de Ramón solicitó la condena de Gonzalo, subrayando la agresión con una botella como elemento agravante. “Hubo una actitud desproporcionada que generó graves lesiones. Solicitamos una pena de tres meses de prisión, así como el pago de 228,58 euros por incapacidad temporal, 200 euros por las gafas y otros daños colaterales”, defendió.

Tras escuchar a todas las partes, el juez declaró que “quedan los autos vistos para sentencia”, cerrando así una enriquecedora práctica académica donde los alumnos pudieron experimentar de primera mano la dinámica real de un procedimiento penal.