Reptil prehistórico marino Liopleurodon.
13 de febrero de 2023. “No hubo dinosaurios marinos, pero otros reptiles que convivieron con ellos se adaptaron al medio acuático”, explica Francesc Gascó Luna, docente del Máster en Divulgación Científica de la Universidad Isabel I, en la revista Muy Interesante. Gascó Luna desmintió la creencia popular de la existencia de dinosaurios marinos al señalar que “muchos reptiles que convivieron con ellos llegaron a alcanzar grandes tamaños y tuvieron formas semejantes”.
El profesor Gascó señala en su artículo que es en el periodo Pérmico, hace 300 millones de años cuando aparecen los primeros reptiles primitivos adaptados al medio acuático, el grupo de los Mesosaurios, que tenían un cuerpo alargado, con huesos muy densos (que le ayudan a sumergirse y mantener el equilibrio durante la inmersión en el agua) y patas palmeadas. En el Pérmico todavía no habían aparecido los dinosaurios, ya que surgieron tras una gran extinción en masa. Las hipótesis que barajan los científicos sobre esta extinción masiva son varias: desde un vulcanismo extremo, el impacto de un asteroide de gran tamaño, la liberación ingente de gases a la atmósfera atrapadas en los fondos oceánicos en forma de hidratos de metano o la aparición descontrolada de microbios tóxicos en aguas dulces y saladas que incapacitaron la vida. Sea como fuere, la extinción fue masiva y solamente sobrevivió el 5% de las especies.
Este cambio drástico dio paso al Triásico, el primero de la era Mesozoica, momento en el que aparecen los primeros dinosaurios. Los reptiles que se decantaron por el medio acuático fueron los Sauropterigios. De esta rama, los plesiosaurios llegaron hasta finales del Cretácico. “Estos reptiles marinos, con largos cuellos que muy habitualmente se confunden con dinosaurios, evolucionaron también hacia formas con cuellos cortos y grandes cráneos, los Pliosaurios”, explica el profesor Gascó.
Del periodo Triásico han llegado algunos reptiles hasta nuestros días como es el caso de las tortugas o los cocodrilos. No obstante, el profesor indica que “la máxima expresión de las adaptaciones a este medio en reptiles lo encontramos en los Ictiosaurios, que llegaron a tener un cuerpo fusiforme, que puede recordar a un atún o un tiburón, con el hocico alargado y las patas convertidas en aletas”, indicó.
Estos reptiles estaban tan adaptados al agua que sus huevos eclosionaban dentro de la madre, donde acababan de desarrollarse hasta su nacimiento, por lo que no necesitaban volver a tierra para poner huevos, tal y como ocurre hoy en día con las tortugas.
Algunos de estos reptiles llegaron al periodo Cretácico como grandes depredadores. Es el caso de los Mosasaurios, parientes de las serpientes marinas y los varanos, con una morfología de lagartos acuáticos gigantes.