Preparándose para realizar ejercicio físico.
28 de noviembre de 2023. ‘Beneficios del ejercicio físico y tipos de ejercicio adecuados en pacientes con trastornos por consumo de alcohol: una revisión sistemática’, es el título del artículo publicado en el último número de la revista Taylor & Francis Online en el que participa Josep M. Serrano-Ramón, profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Isabel I, en colaboración con los profesores Jorge Giménez Meseguer, Lorenzo Ballester Peñalva y Gema Sanchis-Soler de la Universidad de Alicante.
Los autores del artículo señalan que el ejercicio físico tiene efectos positivos en la rehabilitación de pacientes con trastornos por consumo de alcohol (TAB). Su trabajo de investigación se ha orientado a explorar los beneficios del ejercicio en esta población y qué tipo de ejercicios específicos se debe prescribirse para este colectivo. Para ello, analizaron 31 artículos sobre la materia consultando las bases de datos Scopus, PubMed y Web of Science.
Tras el estudio de la bibliografía, los investigadores determinaron que el ejercicio aeróbico y mixto muestra beneficios para la condición física, la ansiedad y la depresión. “La intensidad del ejercicio aeróbico vigoroso llega a reducir el deseo y fomenta la abstinencia”, explicó el profesor Serrano-Ramón. En este sentido, practicar yoga resulta especialmente eficaz para mejorar la calidad de vida y reducir el estrés, la depresión y los niveles de antojo.
El profesor Serrano-Ramón indicó que cuando se realiza ejercicio a una intensidad moderada o enérgica, el ejercicio aeróbico tiene un efecto ayudo mayor sobre el antojo que cuando se realiza con una intensidad ligera. Y a largo plazo, los resultados son ligeramente superiores cuando la intensidad del ejercicio y el número de sesiones semanales son mayores.
En sus conclusiones, los investigadores recomiendan incluir programas aeróbicos, de fuerza aeróbica y de yoga para mejorar el proceso de recuperación en pacientes con trastornos alcohólicos.
El trastorno por consumo de alcohol
El trastorno por consumo de alcohol se caracteriza por un patrón problemático de consumo que conduce a la discapacidad física y el deterioro mental, representando un grave problema de salud pública. Más de 283 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas pro este problema, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que provoca 3 millones de muertes al año. Esta misma institución estima que el 13,5% del total de muertes en la población entre 20 y 39 años son atribuibles al alcohol.
El consumo excesivo y crónico de alcohol tiene un impacto negativo en la salud, con problemas hepáticos y gastrointestinales, enfermedades cardíacas y cerebrovasculares o cáncer, así como trastornos de salud mental como depresión, ansiedad o psicosis. Los pacientes con TAB tienen a presentar niveles de condición física más bajos que la población sana. Esta situación aumenta la probabilidad de desarrollar otros problemas, como enfermedades metabólicas o cardíacas.
El proceso de recuperación abarca el tratamiento farmacológico, trabajo psicológico y conductual, así como terapias de grupo. “Los programas de ejercicio físico pueden ofrecer beneficios sustanciales a los pacientes que sufren alcoholismo, reduciendo la ansiedad, el antojo y el consumo, mejorando además el estado de ánimo, la calidad de vida y la abstinencia”, explicó el profesor Serrano-Ramón, que ha desarrollado un programa sobre el volumen, intensidad y frecuencia del ejercicio en este tipo de pacientes.