María Hernández

María Hernández en el Laboratorio de Criminalística de la Universidad Isabel I.

17 de enero de 2025. En el último episodio de Crímenes Ibéricos, Vanesa de Lucio aborda el caso del asesinato de Samuel Luiz, un crimen que despertó la indignación de la sociedad española al ser considerado como un crimen de odio por la condición sexual de la víctima. Con la participación de María Hernández Moreno, Doctora en Ciencias Forenses y coordinadora de investigación de la Facultad de Criminología en la Universidad Isabel I, se desglosan los detalles de este brutal crimen que dejó al descubierto los delitos de odio y discriminación.

El 3 de julio de 2021, una noche que debía ser de celebración por la semana del Orgullo LGTBIQ+, terminó en tragedia. Samuel Luiz, un joven enfermero de 24 años fue atacado salvajemente en La Coruña tras ser acusado falsamente de grabar con su móvil a una pareja. Lo que empezó como un malentendido se tornó en una agresión letal, con claras motivaciones homófobas. "O paras de grabar o te mato, maricón", fue la amenaza que desató la violencia, relata Hernández.

La escalofriante cronología de los hechos

La agresión inicial, perpetrada por Diego Montaña, principal acusado, rápidamente escaló cuando este buscó refuerzos. Samuel fue golpeado por un grupo de siete personas, incluyendo dos menores, en una brutal paliza que lo dejó inconsciente. A pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia, Samuel falleció pocas horas después en el hospital.

Exhaustiva investigación y sentencia

La recopilación de evidencias fue clave para esclarecer el caso. "Los indicios físicos y biológicos, como las muestras de ADN y las grabaciones de cámaras de vigilancia, fueron fundamentales", explicó Hernández. Además, la colaboración de testigos y la normativa post-COVID, que obligaba a registrar con el DNI a los asistentes de locales nocturnos, facilitaron la identificación de los agresores.

El juicio, seguido de cerca por la sociedad, enfrentó diversas estrategias de defensa que intentaron minimizar la responsabilidad de los acusados. Sin embargo, como subraya la profesora Hernández, "la responsabilidad ha de ser conjunta cuando todos comparten la intención de agredir". Finalmente, el tribunal dictó varias condenas: Diego Montaña recibió 24 años de prisión; Alejandro Freire, es condenado a 20 años por asesinato sin agravante y 5 de libertad vigilada; Kaio Amaral, recibió una condena de 17 años de prisión por asesinato, 5 de libertad vigilada y 3 años más por el robo de su teléfono móvil; y Alejandro Míguez, 10 años de cárcel y 5 de libertad vigilada. Y para los dos adolescentes menores de edad implicados en el crimen, las penas se centraron en la reclusión en un centro de menores.

Ante la diversidad de condenas, el jurado popular evaluó la participación individual de cada acusado en el crimen, considerando si debía aplicarse o no el agravante de discriminación. Esta evaluación se basó en el nivel de implicación y complicidad de los implicados con el principal condenado.

La profesora María Hernández destacó que la novia del principal acusado, Diego Montaña, fue absuelta al no participar activamente en la agresión. Por otro lado, Montaña mostró una clara intención de causar daño a Samuel Luiz desde el inicio del conflicto.

El caso se trató en todo momento como un asesinato, no como un homicidio, debido al agravante de discriminación. También se aplicó el agravante de alevosía, ya que la agresión se llevó a cabo de forma que impidió a la víctima defenderse, aprovechando la superioridad numérica.

Hernández subrayó la importancia de implementar políticas públicas enfocadas en la educación para prevenir futuros delitos de odio. Se trató además la idea de que, aunque el sistema judicial contempla el uso de jurado popular para estos casos, la alta exposición mediática puede influir en los juicios previos que se forman antes del aislamiento de los jurados, lo que podría afectar su imparcialidad.

Respuesta ciudadana ante el asesinato de Samuel Luiz

Respuesta ciudadana ante el asesinato de Samuel Luiz. Fotografía publicada en elDiario.es y firmada por Olmo Calvo.

Un crimen que despertó conciencias

El asesinato de Samuel Luiz no solo desató una ola de manifestaciones en toda España pidiendo justicia, sino que también fue el detonante para que la sociedad se concienciara de la necesidad de combatir los delitos de odio. "Es crucial implementar políticas públicas que promuevan la educación para prevenir este tipo de crímenes", afirmó Hernández, destacando la importancia de una sociedad más inclusiva y respetuosa.

Este episodio de Crímenes Ibéricos nos recuerda la brutal realidad de los delitos motivados por el odio y la urgencia de una justicia que no solo castigue, sino que también sirva como catalizador para el cambio social.