
25 de marzo de 2025. ‘Optimización de la defensa a través de la comunicación no verbal efectiva’ es el título del artículo publicado por los profesores Reinaldo Batista Cordova, Víctor Rodríguez González y Tania Vidal López, de la Facultad de Criminología en la revista Estudios en Seguridad y Defensa. En la investigación subrayan la necesidad crítica de mejorar la formación en comunicación no verbal dentro de las Fuerzas Armadas, especialmente en el contexto de misiones internacionales y de paz, como las llevadas a cabo por la ONU.
Los investigadores señalan que, a lo largo de la historia, la comunicación ha jugado un papel fundamental en el éxito o fracaso de operaciones militares. La capacidad de transmitir información de manera efectiva, tanto en el propio bando como hacia los enemigos, ha sido clave en numerosos conflictos, desde las campañas militares de la Antigüedad hasta los actuales enfrentamientos en plataformas digitales. En particular, la aparición de las redes sociales ha transformado la dinámica de la comunicación, convirtiéndola en un proceso multidireccional donde los combatientes y ciudadanos pueden interactuar en tiempo real.
Mejorar las habilidades comunicativas
Los docentes de la Universidad Isabel I destacan que la comunicación no verbal, a menudo ignorada en la formación tradicional de los militares, es esencial para el éxito de las misiones. Señalan que, en entornos interculturales, la capacidad de leer y transmitir señales no verbales puede determinar el curso de una operación. Como afirman en su artículo: "La percepción que se tenga de una comunicación y sus componentes puede ser determinante para lograr la finalidad militar del despliegue, así como para conseguir una mejor y mayor colaboración por parte de los residentes de la zona, establecer buenas relaciones y afianzar vínculos con posibles colaboradores."
En el artículo, los autores proponen integrar estas habilidades comunicativas no verbales en el currículo militar, adaptándolas al contexto cultural específico de cada misión. Esto no solo mejoraría las interacciones con la población local, sino que también fortalecería la efectividad de las operaciones en terreno. Los profesores afirman que, aunque los soldados reciben formación en tácticas y estrategias, a menudo no se les enseña a comunicar eficazmente, un aspecto que puede ser decisivo en la consecución de objetivos.
El uso de X
La antigua Twitter y actual X se han convertido en herramientas claves para la divulgación de información y el contacto directo con la ciudadanía. En este sentido, la correcta selección y transmisión de los mensajes a través de las redes sociales se ha vuelto una prioridad para las autoridades españolas de Seguridad y Defensa, que buscan garantizar que los datos divulgados no pongan en riesgo las misiones ni revelen información sensible. Según el estudio de José-Miguel Pina citado en el artículo, “la comunicación de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad crea una sensación de interacción con la ciudadanía. Este contacto es esencial para la legitimación de las acciones llevadas a cabo por los agentes de cada entidad.”
Duración de las misiones
Al planificar un despliegue militar, uno de los objetivos fundamentales es determinar la duración de la misión y sus efectos en la salud mental del personal. Como señalan los autores, "la exposición prolongada a situaciones de conflicto puede llevar a la aparición de problemas psicológicos, lo que afecta no solo la moral del personal, sino también la efectividad operativa". Esto se refleja en que, "un despliegue más largo aumenta la probabilidad de desarrollar síntomas clínicos, como estrés postraumático o depresión".
En el caso de España, la duración de las misiones es variable, y puede oscilar entre los dos y seis meses, dependiendo de la misión y de las características del contingente. Rodríguez y Arce, citados en la investigación destacan que "en ocasiones, el contingente español permanece en la zona de operaciones durante hasta seis meses de manera continua, con un permiso de quince días a mitad de la misión". La organización del despliegue, según estos autores, es fundamental en el proceso estratégico, ya que "el número de combatientes, sus competencias y el tiempo estimado de permanencia son factores que influyen directamente en la efectividad de la misión".
Comunicación en las operaciones militares.
Misiones de paz
Otro aspecto crítico es la correcta interacción entre el contingente y la población local. Los investigadores consideran que es indispensable establecer protocolos claros de comunicación que permitan al contingente interactuar de manera efectiva tanto con la población local como con las fuerzas aliadas.
En el ámbito internacional, el sistema de despliegue de la ONU es esencial para el mantenimiento de la paz. Según el manual de la ONU (2017), "el Sistema de Disponibilidad de Capacidades de Mantenimiento de la Paz busca crear una base de datos con los recursos que cada Estado Miembro puede ofrecer". Este sistema permite coordinar la planificación y el despliegue de tropas a zonas de conflicto, y se activa a través de un proceso de niveles. Como establece la ONU, "cuando se emite la orden de despliegue, los recursos deben estar listos dentro de un plazo máximo de 60 días".
Operaciones internacionales y comunicación no verbal
"El conocimiento de los aspectos básicos de la comunicación no verbal, como las posturas y las microexpresiones faciales, puede ayudar a identificar posibles tensiones antes de que se conviertan en conflictos", explican los investigadores.
En este contexto, la Programación Neurolingüística (PNL) también juega un papel importante, ya que influye directamente en la forma en que se comunican y se interpretan las señales en un entorno multicultural. Además, el sentido del olfato, aunque a menudo subestimado, puede ofrecer información valiosa porque "los olores no solo nos indican el ambiente en el que nos encontramos, sino que también pueden ayudarnos a identificar peligros potenciales, como el agua no potable o alimentos en mal estado". A ello se suma la percepción táctil, que es fundamental para entender el entorno físico a nuestro alrededor, porque permite captar detalles que no siempre son evidentes a través de los otros sentidos, especialmente cuando la comunicación visual o auditiva puede verse limitada.
Este artículo destaca la necesidad urgente de transformar la formación militar, incorporando habilidades comunicativas avanzadas que permitan a los soldados adaptarse y actuar con eficacia en situaciones que no solo requieren destrezas bélicas, sino también una profunda comprensión cultural y comunicativa.