María Hernández Moreno y Reinaldo Batista Cordova conversando con el periodista de la 8 Burgos.
13 de marzo de 2024. Hace dos décadas, el 11 de marzo de 2004, España se vio sacudida por una serie de atentados terroristas que marcarían un antes y un después en la historia del país. Los trágicos sucesos, conocidos como el 11M, no solo dejaron una profunda cicatriz en la sociedad española, sino que también transformaron la política, la seguridad y la percepción de que España era un objetivo del terrorismo yihadista.
Reinaldo Batista Cordova y María Hernández Moreno, Director del Máster en Seguridad, Defensa y Liderazgo y Coordinadora de Investigación de la Facultad de Criminología, examinaron en una entrevista concedida a la 8 Burgos, el contexto que rodeó los atentados, destacando “la conexión con la desarticulación de la célula yihadista de Abú Dada en los años 90”, tal y como señaló el profesor Reinaldo Batista.
Ambos docentes enfatizaron la falta de conciencia en aquel momento sobre España como objetivo terrorista del yihadismo. "No estábamos siendo tan conscientes de que había una persecución dentro de nuestros servicios de inteligencia y nuestras fuerzas armadas que colaboraban con el resto de las fuerzas de Europa para perseguir todo lo que había ocurrido en el 11S", señaló María Hernández.
El análisis también abordó la controvertida relación de los atentados con el ámbito político, sugiriendo que la fecha del ataque no fue elegida para interferir directamente en las elecciones, pero que la masacre se convirtió en un punto focal durante la campaña electoral. En la entrevista se destacó la falta de comunicación cautelosa por parte del gobierno de José María Aznar, que influyó en la percepción pública sobre la autoría del atentado. "Se estaba manipulando para infundir la opinión en la sociedad de 'Tened cuidado’; ‘Ha sido ETA’; ‘Moveos por aquí'. El otro bando, 'Tened cuidado’; ‘Os están mintiendo', comentó María Hernández.
El juicio de 2007, aunque crucial, no pudo esclarecer completamente la autoría intelectual detrás de los atentados. Reinaldo Batista subrayó la complejidad del escenario, señalando que no hubo un solo autor intelectual, sino varios individuos que planearon el ataque sin pertenecer al mismo grupo homogéneo yihadista.
"Es importante centrarnos en las pruebas que se recogieron, en los testimonios” que centraron la investigación del atentado”, destacó María Hernández.
De los 18 condenados, solo 3 permanecen en prisión y lo estarán hasta 2044. Dos de ellos son considerados autores materiales de los atentados, mientras que el tercero, un minero asturiano, vendió explosivos al comando islamista.
Dos décadas después, el análisis crítico de estos expertos arroja luz sobre un episodio que sigue resonando en la memoria colectiva de España.