Imagen de Ricardo Ortega y su equipo en el estudio de una momia en Egipto.
20 de abril de 2021. Ricardo Ortega, profesor del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I, ha desvelado en una entrevista en la revista QUO, algunos detalles significativos sobre sus investigaciones en Egipto y el trabajo que realiza con las momias. El experto egiptólogo y profesor de la Universidad Isabel I ha desvelado que las momias que suelen exponerse en los museos ‘pertenecen a personas ricas e influentes, que presentan una mejor preservación en sus restos y una opulencia en sus sarcófagos’, destaca. La conservación y el tratamiento de las momias ha sido regulado por los gobernantes egipcios solo desde hace unas décadas.
Ricardo Ortega es especialista en ciencia forense y estudia algunas momias que forman parte del Gran Museo de El Cairo. El profesor de antropología forense de la Universidad Isabel I ha desvelado que Egipto es un país en el que no siempre se han respetado las momias como hoy en día, ya que solamente se pueden diseccionar aquellas que se han estropeado con el paso del tiempo. ‘A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, estaba permitido vender momias como si fueran un souvenir turístico’, explicó Ricardo Ortega.
La cantidad de momias ha sido tan extensa en Egipto por el culto que tuvo en la antigüedad esta cultura relacionada con la muerte y la preservación del cuerpo para el más allá, que cuando comenzaron las excavaciones a finales del siglo XIX, el respeto era muy escaso. Ricardo Ortega explica que ‘algunas momias eran machacadas hasta quedar reducidas a polvo. Este llamado ‘polvo de momia’ se mezclaba como pigmento para pinturas’, detalla.
El profesor de la Universidad Isabel I explica que incluso han sido utilizadas como leña para hacer fuego en hogueras y cocinar carne. ‘En el Londres decimonónico hacían las llamadas “mummy steaks”, donde cocinaban usando momias como leña. Decían que tenía un sabor especial’, añade Ricardo Ortega.
Este es uno de los motivos por los que se han perdido un gran número de momias de las clases más bajas de la antigua sociedad egipcia, concluye Ricardo Ortega.