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Sandra Suárez, Ana Fuentes López y Tania Vidal López durante el webinar.

21 de junio de 2024. La Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I organizó un webinar titulado "Análisis de la Delincuencia Juvenil" para explorar las complejidades de este fenómeno desde múltiples perspectivas. El webinar, moderado por Ana Fuentes Cano, directora del Grado en Criminología de la Universidad Isabel I, reunió a las profesoras Sandra Suárez Castro y Tania Vidal López, coordinadoras del Grado en Criminología de la universidad. Ambas expertas compartieron sus conocimientos y experiencias sobre los factores que contribuyen a la delincuencia juvenil y las estrategias para prevenirla.

Sandra Suárez Castro comenzó la charla explicando que la delincuencia juvenil se refiere a los delitos cometidos por menores de edad. Desde 2018 se ha observado una tendencia ligeramente ascendente en la delincuencia juvenil en España. Si bien la delincuencia juvenil tiende a mantenerse estable, algunos delitos graves están aumentando notablemente. Más específicamente, se observa un aumento en las infracciones de violencia intrafamiliar, lesiones, conductas contra la libertad sexual y creciente abuso de las TIC, con especial incidencia en el campo del acoso escolar.

 La profesora Suárez subrayó la importancia de abordar y prevenir estos comportamientos para evitar su arraigo en la sociedad para evitar que los individuos se involucren de manera estable en actividades delictivas, así como para prevenir el perjuicio social debido a la peligrosidad de estas conductas.

Durante el webinar, la profesora Sandra Suárez se centró en la normativa legal relacionada con las condenas a menores de edad por delitos contra la libertad sexual, detallados en el Título VIII del Código Penal. Estos delitos incluyen agresión sexual, acoso sexual, exhibicionismo, pornografía, prostitución y corrupción de menores. En 2022 y 2023, se realizaron ajustes en esta legislación para mejorar la protección de las víctimas.

Según datos recientes de la fiscalía general del Estado, se registraron registraron 974 delitos sexuales cometidos por menores en 2022, un aumento del 45,8% respecto a 2021, que tuvo 688 caso.

La profesora destacó que, según el INE, la delincuencia sexual entre menores ha vuelto a niveles similares a los previos a la pandemia. Además, se estima que entre el 5% y el 10% de los adolescentes agresores sexuales repetirán estos patrones en la edad adulta, dependiendo de los factores de riesgo en su entorno social.

Incapacidad de gestionar las emociones

Suárez explicó que la testosterona, aunque comúnmente asociada con la agresividad, no es la causa principal de estos comportamientos. En su lugar, apuntó a la incapacidad de gestionar emociones como la humillación, la ira y la agresión. Factores adicionales incluyen el control de impulsos deficiente, psicopatías, parafilias, consumo de drogas y falta de sensibilidad social. La castración química, indicó, no siempre es efectiva, ya que algunos agresores buscan control y poder a través de sus delitos.

El consumo de pornografía antes de los 10 años es otro factor de riesgo, relacionado con conductas abusivas durante la adolescencia. La violencia o desestructuración familiar también contribuye a distorsionar la realidad del adolescente, facilitando comportamientos abusivos. La falta de vínculos y relaciones sólidas puede llevar al aislamiento y disfunción social.

Suárez enfatizó que la prevención debe abordarse a nivel individual y familiar, subrayando que la educación es esencial para evitar este tipo de conductas. Es fundamental que la escuela, los psicólogos y los expertos sociales trabajen juntos para establecer un entorno educativo sólido y preventivo.

Violencia filioparental

En el webinar, la profesora Tania Vidal abordó la problemática de la violencia filioparental, que se manifiesta cuando hijos ejercen conductas tiránicas o controladoras hacia sus progenitores con el fin de dañar a sus propios padres, y en ocasiones, estos comportamientos violentos pueden desencadenar en la mayor expresión de esta violencia, es decir, el homicidio filioparental. Vidal explicó que esta forma de violencia, en aumento, afecta profundamente a las víctimas y es considerada un fenómeno criminal emergente quizá por el tratamiento sensacionalista de los medios, pero esa una violencia con la que convivimos desde el principio de nuestra historia, y que siga latente demuestra que requiere más estudio.

Vidal señaló que este tipo de violencia es común entre menores de 14 a 17 años, predominantemente varones, con un bajo rendimiento escolar, absentismo y una edad media de 15 años. Las principales víctimas son las madres, con una edad media de 45 años. Los adolescentes que cometen estos actos suelen ser egocéntricos, agresivos, con falta de empatía o baja autoestima, y frecuentemente participan en videojuegos violentos. Además, los estilos educativos inadecuados en las familias pueden fomentar estas conductas. En España, hay aproximadamente 4.000 casos conocidos de carácter anual sobre violencia filioparental, pero únicamente llegan a denunciarse los casos más graves, representando un 10-15% de los casos conocidos.

“La actual legislación penal no tipifica específicamente la violencia filioparental, lo que puede suscitar a generar cierta inseguridad jurídica, pero no es así ya que estas conductas tienen encaje penal en otros tipos delictivos del código penal”, explicó. Aunque cabe subrayar que los menores de 14 años son inimputables, mientras que los adolescentes de 14 a 17 años pueden ser juzgados a través de la L.O 5/2000 reguladora de la responsabilidad penal de los menores, y según la gravedad, circunstancias personales y familiares y el propio interés del menor puede imponerse medidas de régimen cerrado en centros de menores.

Medidas coordinadas

La ponente subrayó que los adolescentes están en una etapa de desarrollo crucial, por lo que es esencial que los padres adopten medidas coordinadas en su educación. Esto incluye mantener una interacción constante con sus hijos y controlar el uso de nuevas tecnologías, ya que pueden ser factores de riesgo y motivacionales para actitudes violentas. La delincuencia juvenil tiene sus raíces en la falta de educación y autocontrol desde edades tempranas, lo cual puede prevenirse y trabajarse desde la familia y las escuelas. Es fundamental promover un modelo educativo sólido que refuerce la distinción entre lo correcto y lo incorrecto.

El webinar concluyó con una sesión de preguntas y respuestas, donde los asistentes mostraron gran interés en la aplicación práctica de las estrategias discutidas. Las expertas de la Universidad Isabel I destacaron la importancia de la colaboración interdisciplinaria y la educación preventiva para abordar eficazmente la delincuencia juvenil.

Este evento subraya el compromiso de la Universidad Isabel I con la formación continua y la investigación aplicada, ofreciendo a los profesionales y académicos herramientas valiosas para enfrentar los desafíos de la delincuencia juvenil en nuestra sociedad.

Sigue el webinar completo en el siguiente enlace.