Sandra Lado - Vie, 28/10/2022 - 14:23
Mujer con un fuerte dolor de cabeza de repente.
Se puede definir con varios nombres: embolia, accidente cerebrovascular, trombosis, apoplejía o ictus. Este trastorno brusco en la circulación sanguínea que llega al cerebro genera un daño cerebral. Son dos las causas que provocan el ictus: una obstrucción, que impide el paso de la sangre a una parte del cerebro (en el 85% de los casos) o una hemorragia con la rotura de vaso cerebral, (en el 15% restante). La sangre no llega al cerebro con la cantidad necesaria, lo que hace que las células nerviosas no reciban oxígeno y dejen de funcionar.
Cada año 130.000 personas sufren un ictus en España. El 30% de las personas que sufren un accidente cerebrovascular fallecen, y un 40% padece una discapacidad grave como consecuencia del infarto cerebral. Los datos indican que es la primera causa de discapacidad en las personas adultas, la primera causa de muerte en las mujeres y la segunda en los hombres, según los datos del Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. El número de fallecidos por ictus cada año en España ronda las 40.000 personas y en Europa alcanza la cifra de 650.000.
Las estadísticas revelan que 1 de cada 6 personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Cada 6 minutos se produce un ictus en España, lo que genera un coste personal, familiar, social, laboral y sanitario elevado. Su coste social alcanza los 6.000 millones de euros, lo que representa, aproximadamente, el 5% del gasto sanitario público.
Angiografía realizada para detectar el lugar en el que se ha producido el ictus.
La enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta con la edad. La prevención de los factores de riesgo son la clave para evitar que se produzca esta lesión en el cerebro. Controlar la tensión arterial para mantener a raya la hipertensión, las arritmias cardíacas o enfermedades del corazón, medir el nivel de colesterol y de azúcar en sangre para controlar la diabetes mellitus, ingerir una dieta baja en sal y grasas, evitar el sedentarismo haciendo ejercicio a diario de forma moderada, no consumir alcohol en exceso o tabaco, son algunas de las recomendaciones.
El daño cerebral que produce el ictus depende del tiempo que dura la lesión antes de ser atendida por los equipos médicos y la zona afectada del cerebro. Por tanto, saber identificar los síntomas y acudir con celeridad al hospital puede mejorar tanto el diagnóstico como las secuelas de esta enfermedad. El ictus es siempre una emergencia médica y los médicos recomiendan llamar a los servicios de emergencia y no trasladar al paciente al hospital por medios propios.
Infografía de elaboración propia.
Los principales síntomas del ictus se centran:
- Alteración brusca del lenguaje tanto para hablar como para entender.
- Parálisis o pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo (izquierda o derecha) con especial énfasis en la cara, brazos y piernas.
- Desequilibrio o falta brusca de coordinación o convulsiones.
- Dolor de cabeza muy intenso.
- Alteración de la visión como pérdida de la vista de un ojo, visión doble o incapacidad para enfocar objetos.
La rápida identificación de los síntomas y la actuación médica en los primeros 30 minutos han demostrado que los pacientes tratados por los neurólogos logran una recuperación casi total y con muy pocas secuelas.
Referencias:
Federación Nacional de Ictus. (Infografía). Infoictus.
ONU. Día Mundial del Ictus.
Enfermedades de Ictus. Clínica Universitaria de Navarra.
¿Qué es el ictus?. Clínica Barcelona.
Ictus. Topdoctors.es.
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