Alumnos españoles: nivel de inglés y estrés asociado

Aprender idiomas.

Serie: 'El ABC de la Psicología' (XXVIII)

Para los que hemos nacido en los años 70, el idioma extranjero en educación secundaria (el antiguo BUP) era una asignatura con una relevancia intermedia, y de hecho pasamos de aprender francés como segundo idioma prioritario, a aprender inglés, alrededor de 1985. Desde entonces hasta ahora, casi 40 años después, la situación de los alumnos de secundaria en destreza lingüística en este idioma no ha mejorado mucho.

Idiomas. Fuente: Unsplash

Los datos hablan por sí solos y la realidad se impone, y de hecho resulta llamativo que el informe PISA, que ofrece los últimos datos desde 2019 a 2022 (Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, s.f), aún no evalúa la competencia en un idioma extranjero. De cualquier manera, sí podemos remitirnos a otros estudios sobre este tema, para observar cómo los alumnos españoles siguen estando a la cola de Europa en este sentido, ocupando el puesto 25 de 34 [siendo Los Países Bajos el nº 1] (Education First, 2023). El informe completo puede descargarse aquí y ofrece datos interesantes sobre la lentitud en implementar estrategias bilingües, pero ojo, esto tiene “truco”: algunos países europeos con idiomas minoritarios han utilizado el manejo de un segundo idioma como estrategia de apertura y mejora de sus relaciones internacionales, pero el hecho de que el español haya sido durante años un idioma extendido no nos debería persuadir de mejorar nuestro uso del inglés, por muchos motivos.

Beneficios de aprender otro idioma

Los beneficios del aprendizaje de otro idioma son múltiples tanto a nivel individual puesto que potencia las habilidades cognitivas, mejora nuestro perfil profesional, amplía nuestra perspectiva intercultural…, como a nivel colectivo (Universidad Europea, 2022) situándonos en el contexto dentro del mundo, mejora nuestra perspectiva cultural…etc; pero el proceso y la consecución de ese objetivo puede generar estrés en nuestros estudiantes, lo que al final perjudica ese mismo aprendizaje.

Go up and never stop. Fuente: Undsplash.

Es fundamental entender que aprender inglés, o cualquier idioma extranjero, va a traer aspectos positivos a nuestra vida tanto personal como profesional, y afrontar la tarea de aprenderlo como algo beneficioso, incluso lúdico; los objetivos que nos planteemos a corto plazo no deben ser muy ambiciosos, sino adaptados a nuestras posibilidades y herramientas personales, porque, al final, se trata de aprender: buscar recursos audiovisuales, lecciones rigurosas desde el punto de vista académico, posibilidades de poner lo aprendido en práctica y, sobre todo, aceptar que estamos en un proceso de aprendizaje. Éste, como proceso que es, llevará su tiempo y tendrá diferentes etapas, que debemos conocer y asumir sin complejos.

Al final, un idioma se aprende para utilizarlo, debe ayudarnos a desenvolvernos, a adoptar diferentes puntos de vista y a ser capaces de mantener una conversación que sea, al menos, útil. Esto quiere decir que, al principio, no debemos obsesionarnos con la corrección gramatical, el vocabulario preciso, o la pronunciación, sino con elaborar un discurso con palabras clave y, sobre todo, con intención comunicativa. Citando el poema de Antonio Machado de 1912, “…se hace camino al andar.”

Referencias

Education First (2023). EF English proficiency index. Signum international AG. 

Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes (s.f.). Pisa in focus 2023. 

Universidad Europea (2022). Los beneficios de aprender idiomas.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-1832

Burgos, España