Rebeca Manso Alonso Coordinadora de aprendizaje y desarrollo personal en MAES
Jue, 19/09/2024 - 10:46

Niña levantando la mano en clase para responder a una pregunta de la profesoraAdolescente levantando la mano en clase para responder a una pregunta de la profesora.

Serie: 'El Reto del Profesor en Formación' (LXXVII)

Aprender es un proceso esencial en el desarrollo de la persona que se produce a lo largo de toda la vida y en él influyen diferentes mecanismos cómo la atención o la memoria.

Es un proceso esencial ya que necesitamos aprender para sobrevivir: si me pongo en postura cuadrúpeda puedo desplazarme por un espacio y explorarlo y hay otros aprendizajes que se dan por la propia experiencia, como cuando tocamos una sartén que está en el fuego y nos quemamos.

Si nos trasladamos al aula, nuestro alumnado adolescente no sólo aprende contenidos curriculares, sino que se encuentran en una etapa vital en la que están aprendiendo, por ejemplo, cómo se gestiona la atracción hacia otra persona, o la importancia de la amistad. Esto implica la movilización de mecanismos como la emoción o la autoestima.

¿Todos los adolescentes aprenden de la misma manera?

Este es uno de los retos a los que los futuros docentes se enfrentan, ya que la etapa vital del alumnado es la misma pero no se desarrolla de manera unitaria al igual que no será lo mismo realizar una tarea si tenemos un fuerte dolor de cabeza o si hemos discutido con alguien recientemente.

No podemos controlar todas las situaciones individuales que viven cada uno de los alumnos en el aula, pero si podemos promover un ambiente de aprendizaje positivo para todos, en el que aprender sea una actividad placentera y aunque en ocasiones suponga un reto este se quiera aceptar.

Uno de los procesos implicados en el aprendizaje es la motivación. Esta no sólo viene del propio alumno (motivación intrínseca) sino también de los docentes (motivación extrínseca).

¿Qué técnicas podemos usar en la gestión del aula que favorezcan la motivación?

Existe algunos consejos comunes para los futuros docentes que son válidos independientemente de la especialidad que se va a impartir:

  • Comienza tu clase sorprendiendo a tus alumnos. Que cuando sepan que se acerca la hora de clase contigo estén expectantes por saber ¡con qué les sorprenderás el día de hoy!
  • Planifica la asignatura cómo si fueran mini retos. Si sienten que son capaces de realizar lo que les propones, aumentará su deseo de aprender, su autoestima y su impresión de autoeficacia.
  • Permite la creatividad. No todos llevamos un artista plástico dentro, pero eso no significa que no nos guste crear cosas nuevas o incluso mostrar nuestras habilidades. Si les propones actividades en las que puedan crear o poner en relieve sus habilidades, se verá reforzada su motivación.
  • Usa el humor en tus explicaciones. Usar humor en las explicaciones es clave porque, sinceramente, cuando la gente se ríe, se relaja y presta más atención. Al final, recordar algo gracioso es mucho más fácil que recordar un dato aburrido, ¡y además creas un ambiente más cercano en clase!
  • Realiza trabajo en grupos. Es importante sentirse escuchado o poder ayudar a otro compañero sobre todo en una etapa en la que las relaciones con los pares son fundamentales, fortalecerlas en el aula generará una motivación grupal hacia el aprendizaje.
  • Cuida los detalles. Por ejemplo, aprende los nombres de tus alumnos en los primeros días de clase. De esta manera nuestro alumnado se sentirá parte del aula. Puedes realizarte un pequeño croquis del aula que te ayude a memorizar, ya que existe la tendencia en el alumnado a sentarse siempre en el mismo lugar.

¿Será necesario que cultivemos nuestra propia motivación para conseguirlo en nuestros alumnos?

No todo será planificación o propuestas innovadoras, hay algo que tenemos que cultivar en nosotros mismos. Un docente motivado generará y contagiará a su alumnado esa motivación, pero un docente desmotivado creará un clima de aula que estará lejos de fomentar un aprendizaje positivo.

Podemos realizar un ejercicio de automotivación en el hagamos un listado con las cosas que te impulsan a ser docente, quizás vaya desde sueños de infancia «siempre quise ser cómo…» a planteamientos económicos o de estatus y dejarlo «a mano» para los días en los que el ánimo flojee y no esperar a que la motivación te encuentre.

El Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas te ofrece la base para que puedas desarrollar estrategias efectivas de gestión del aula, poniendo énfasis en el conocimiento del adolescente desde la mirada de la psicológica básica y del desarrollo. No se olvida la importancia de las habilidades del fututo docente y su implicación en el proceso aprendizaje el cuál ha pasado de ser un proceso pasivo para dar un protagonismo activo al alumno.

“El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”.

Ausubel, 1968

Haz clic en el siguiente enlace para conocer más información sobre el Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I.

 

 

Añadir nuevo comentario

La Universidad Isabel I tratará la información que nos facilite con el fin de publicar su comentario como respuesta a esta entrada de su blog, así como para mantenerlo informado de nuestra actividad. Más información sobre este tratamiento y sus derechos en nuestra política de privacidad.