Comunicación - Vie, 04/01/2019 - 14:11
Una de las claves para pasar cualquier examen con notas altas es aprender cómo se estudia. Es decir, en muchos casos tenemos que «aprender a aprender», reforzando las técnicas de estudio y estrategias más apropiadas para aprobar todos los exámenes sin que nos suponga un esfuerzo. Compartimos contigo algunas de estas técnicas y consejos para sacar el máximo partido a tus horas de estudio, uniendo la efectividad y la satisfacción de alcanzar objetivos.
Cómo estudiar para un examen con efectividad: con tiempo y planificación
El aspecto más importante que debes tener en cuenta es el tiempo del que dispones hasta la fecha de tu examen. El camino aparentemente más fácil y el usado por más personas para estudiar es arrancar horas esporádicas de estudio en momentos «libres», optando casi siempre por los temas que nos resultan más fáciles o atractivos. Este es un error común que casi nunca da resultados. Conforme se acerca la fecha del examen, hay cantidad de temas que aún no se han estudiado, hay menos tiempo y las horas de estudio se «apelotonan», añadiendo un componente de estrés que lastra nuestra efectividad.
Quienes se dedican profesionalmente a enseñar cómo se estudia, afirman que, en cuanto sabes la fecha de tu examen, puedes calcular cuántas semanas, días y horas podrás dedicar al estudio. En función de este tiempo debes planificar cuánto tiempo diario dedicar a cada tema. Distribuye todos los temas del programa a lo largo del grueso de tiempo disponible. Aunque puedes estudiar de manera lineal, empezando por el primer tema y terminando por el último, para estudiar bien, te aconsejamos que alternes los temas más atractivos o breves con los más densos o extensos. La clave es reflejar en tu planificación tanto las horas de trabajo como los descansos y respetar ambos períodos.
Muchas sesiones cortas, antes que un «atracón»
Otra clave para aprender cómo estudiar bien un examen es fijar pequeños objetivos a corto plazo. Comienza la sesión diaria con un tema que te resulte ligero o atractivo. Extiende la sesión de estudio durante un máximo de dos horas y toma un descanso breve de cinco minutos para hacer cualquier actividad que te resulte relajante. No extiendas el descanso y continúa con el estudio en otra sesión de dos horas máximo pero, en esta ocasión con un tema distinto y, a ser posible, algo más difícil. Repite el proceso hasta completar el horario de estudio de ese día, alternando temas «fáciles» y más complejos. Puedes encadenar sesiones de una hora, si te resulta más cómodo.
Al finalizar cada breve sesión temática, haz un esquema de lo que has estudiado y guárdalo, pero no lo memorices. Antes de retomar el estudio de ese mismo tema en otro momento, repasa ese esquema y continúa estudiando la materia donde lo dejaste. Amplía el esquema al terminar la nueva sesión. Repite esta dinámica con todos los temas o contenidos del programa a lo largo de tu horario diario de estudio. A la hora del último repaso, no acudas al grueso del material, sino a estos esquemas, que has ido completando mientras estudiabas las distintas materias. El día antes del examen, de hecho, no debes pretender memorizar nada. Tan sólo repasar ligeramente estos esquemas.
Muchos de estos principios sobre cómo estudiar para un examen se aplican en los diseños de formación online. Los objetivos a corto plazo, la planificación, el repaso de cada materia estudiada antes de continuar con el temario, el uso de esquemas, etc. Si te has preguntado alguna vez cómo estudiar online en este tipo de estrategias de estudio está la respuesta.
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