¿Cómo se puede mejorar el sistema educativo español?

Profesora y alumnos mirando una tablet.

El sistema educativo español, como el de cualquier país democrático, siempre está inmerso en un debate en busca de mejorar y crecer para que las próximas generaciones salgan con la formación adecuada y con la adaptación necesaria a la sociedad que les va a tocar vivir. No obstante, una de las premisas que se necesitan para conseguir una mejora del sistema educativo en España es un pacto educativo entre las principales fuerzas políticas, para que se genere un escenario de estabilidad en las líneas de trabajo en materia educativa y que, de este modo, estas no sufran constantes cambios en función de la orientación política del partido que esté en el poder. Las leyes del sistema educativo español deben estar articuladas desde criterios estrictamente profesionales y académicos y sin injerencias políticas.

Ideas para mejorar el sistema educativo actual

El sistema educativo español actual ostenta muchas virtudes, pero también algunas debilidades que podrían ser objeto de cambio. Te las detallamos a continuación:

·         Mayor autonomía. Mejorar el sistema educativo pasa por dar una mayor autonomía a los centros educativos. Los profesionales de la educación deben ser los encargados de diseñar y planificar los currículos. Esta reivindicación del sector educativo es una realidad en otros países y debería servir como faro en el que fijarse para la estructura del sistema educativo español.

·         Un sistema educativo y un mercado laboral más unidos. Existe una brecha entre la formación que reciben los jóvenes y las necesidades de las empresas. Adaptar el camino educativo a la realidad profesional que se van a encontrar los alumnos debe ser una de las claves para que esa distancia entre formación y necesidad empresarial cada vez sea menor. Urge analizar muy bien cuáles son las demandas del mercado laboral para adaptar el sistema educativo a ellas y reducir, de este modo, las tasas de desempleo en jóvenes. De nada sirve tener generaciones sobrecualificadas y que después tengan dificultades para ingresar en el mercado laboral.

·         Nuevas tecnologías. Su implantación y uso en el sistema educativo aportan ventajas como un aumento de la motivación entre el alumnado, favorecen la interacción entre alumnos y la de estos con el profesorado, ayudan a potenciar los trabajos en equipo impulsando valores como la cooperación, incrementan la creatividad y fortalecen la comunicación bidireccional. Las nuevas tecnologías deben ser una de las principales características de un sistema educativo competitivo y es que representan unas de las mejores herramientas para fortalecer el proceso educativo. Eso sí, hay que capacitar al profesorado para que pueda sacarles el máximo provecho formativo y concienciar al alumnado para que haga un uso responsable de estos recursos digitales.   

·         Importancia del conocimiento. Uno de los argumentos a favor del sistema educativo español es la accesibilidad al conocimiento que tienen los jóvenes españoles, pero hay que concienciar a las nuevas generaciones en la importancia de estar formados y ayudarles a que sus inquietudes desemboquen en una formación de gran calidad. 

·         Más formación del profesorado. Elevar el nivel del sistema educativo español también pasa también por el crecimiento del grado de exigencia a los docentes. En este sentido, es fundamental la formación de los futuros profesores con una oferta académica completa y de calidad en el Grado en Educación Primaria y en el Grado en Educación Infantil. Además, es clave la especialización en las etapas de secundaria y bachillerato con el Máster en Formación del Profesorado. En este apartado, también hay que destacar que el colectivo de docentes se encuentra ahora en una situación demográfica compleja. Uno de cada tres profesores de educación secundaria en España se jubilará en la próxima década, según alerta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El desafío que supone reemplazarlos también supone una gran oportunidad para adaptar la formación del modo más adecuado y, así, mejorar el sistema educativo.