Antonio Sanz Fuentes - Lun, 14/11/2022 - 13:02
Reunión.
Serie: 'Criminología en Serie' (XXVIII)
Todo el mundo ha oído alguna vez la palabra “criminología” creyendo saber en qué consiste. Sin embargo, seguimos enfrentándonos a preguntas como ¿Has visto muertos?, evidenciando la triste realidad de los criminólogos: nadie sabe realmente qué es la criminología ni a qué nos dedicamos.
La cultura popular que rodea series como CSI o Mentes Criminales, que ha aumentado en los últimos años con podcast y documentales de éxito sobre true crime, juega en nuestra contra. Y es que, a pesar de que la cultura pueda ayudar a acercar información de actualidad a la población, cuando hablamos de criminología, lo cierto es que solo distorsiona el concepto: las funciones reales y las salidas profesionales de la ciencia criminológica se ven invisibilizadas por falsas creencias impulsadas por libros, series, películas y documentales que se basan realmente en la criminalística.
Criminología y criminalística
La eterna confusión entre criminología y criminalística, dos disciplinas totalmente diferentes, nos impide abordar el delito de manera adecuada y distinguida. Hay que diferenciar sus objetivos. La criminalística se centra en descubrir qué ha ocurrido, quién se ha visto implicado, cómo se ha producido el delito y cuándo; funciones bien representadas gracias a esa cultura CSI.
Más complicado lo tiene la criminología que se centra en estudiar el fenómeno de la delincuencia desde una perspectiva científica -y bastante compleja-. Es una ciencia multidisciplinar, que emplea el método científico recurriendo a ciencias como la estadística, la sociología, el derecho o la psicología, para comprender el crimen. Con esto podemos mejorar la prevención del delito, los sistemas de control social, la atención a las víctimas, la reinserción de los delincuentes o, incluso, la detección de conductas que deberían ser punibles, por poner algunos de los muchos ejemplos.
Criminalista.
Como vemos, las funciones de un criminólogo son de interés para cualquier ámbito de la sociedad, pues trabaja por nuestra seguridad y bienestar. Sin embargo, esa confusión al asociar nuestro trabajo con muertos y crímenes es mucho más complejo hacernos un hueco. ¿Necesitamos entonces ejemplos prácticos y reales de salidas profesionales que podríamos ya estar ejerciendo? Os dejamos algunos para comprender la dimensión de la problemática:
- Administración local: en las delegaciones de igualdad pueden contratarse criminólogos/as que trabajen en la prevención de la violencia de género desarrollando estudios, evaluando políticas o servicios, creando instrumentos jurídicos o proponiendo planes de actuación. Lo mismo puede hacerse en delegaciones de juventud respecto al bullying o la prevención de conductas antisociales o en materia de urbanismo trabajando con arquitectos e ingenieros contribuyendo a mejorar la sensación de seguridad ambiental. También en servicios sociales coordinando los casos más graves de delitos contra la infancia o la vejez. También asesorando a grupos políticos. ¡Muchas posibilidades!
- Centros escolares: como agente criminólogo, a través de talleres de sensibilización, formación para AMPA’s y profesorado, etc., podemos prevenir violencias, mejorar la detección y asegurar la reparación del daño. ¿A quién no le va a interesar esto en el entorno en el que se encuentran sus hijos/as?
- Centros penitenciarios: en compañía de profesionales de la psicología, derecho y trabajo social, tomaremos mejores decisiones. Además, la criminología permite acercar datos de la realidad con sus investigaciones o estudiar la realidad del entorno penitenciario para que este sea mejor. ¡Luego nos quejamos si se produce reincidencia!
- Empresas: el compliance es obligatorio para evitar la imputabilidad de una persona jurídica. Solo un perfil profesional sabe realizar investigaciones, interpretar normas, crear estrategias y evaluarlas: el/la criminólogo/a.
- Consultoras: cuántos planes de igualdad o protocolos de acoso presentan análisis mediocres. Si se cuenta con un/a criminólogo/a esto no ocurrirá, ya que sabemos realizar análisis empíricos y nuestro funcionamiento se basa en el método científico.
- ONG: nuestra perspectiva multidisciplinar nos convierte en excelentes profesionales para trabajar con personas migrantes, personas en riesgo de exclusión social o personas en situación de sin hogar. Trabajar con ellos/as ayudará a mejorar la sociedad en su conjunto.
Todas estas salidas se ven desdeñadas por el encasillamiento de la figura del criminólogo en un ambiente de investigación policiaca o de detective. Esto ha limitado la incorporación laboral, facilitando la intrusión laboral de otros perfiles profesionales que no pueden desempeñan nuestra labor.
No podemos olvidarnos tampoco de la labor de criminólogos/as en ámbitos de docencia e investigación, desarrollando sus funciones en universidades o centros de especialización y participando en planes, estrategias y proyectos nacionales e internacionales en aras de seguir mejorando y tratando algunos de los problemas que más afectan y preocupan a la sociedad.
Así como en puestos laborales de nueva creación en relación con las nuevas tecnologías. Por ejemplo, el papel esencial que debe abordar desde el punto de vista social en materia de ciberseguridad, o las posibilidades que pueden ofrecer en el análisis de datos y la elaboración de estrategias que permitan prevenir amenazas y delitos en el marco digital.
En definitiva, todavía queda un largo camino para lograr la plena inclusión de los/as criminólogos/as en la sociedad y para conseguir el reconocimiento de nuestra profesión y de nuestra disciplina científica. Pero no nos vamos a cansar de luchar hasta conseguirlo porque somos conscientes de lo que podemos aportar; confiamos en una sociedad más justa e inclusiva; creemos en una sociedad con mayor seguridad y bienestar y tenemos las herramientas para empezar a trabajar en ello. Ahora solo falta que se abandonen estereotipos basados en series y ficción y que se adopten nuevos roles que dejen paso a la ciencia y a la realidad.
ISSN 2697-1984
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
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