Carmen González Vaz - Lun, 11/07/2022 - 09:23
Hombre armado apuntando al horizonte en un camino.
Serie: 'Criminología en serie' (XXIII)
Internet es una de las herramientas más destacables de nuestro siglo, la cual ha traído una gran cantidad de beneficios a la sociedad. No obstante, de esta utilidad también se ha percatado la criminalidad y, especialmente, organizaciones terroristas como DAESH.
En efecto, Internet es el gran caballo de batalla de Daesh (el autodenominado Estado Islámico), cuyo principal objetivo se centra en la radicalización. Son muchos los canales al servicio de Daesh y que han podido utilizar por medio de Internet. Hay que recordar que esta organización terrorista destaca por su vocación global, extendiendo su rango de influencia a todo el globo terráqueo.
Así, los métodos de captación y radicalización también se han adaptado a los nuevos medios, modulando su propaganda al receptor contando con revistas digitales; vídeos e imágenes manipuladas y de gran impacto, composiciones sonoras; e incluso videojuegos (O’REGAN, 2016).
Las revistas son uno de los principales recursos de DAESH; contando con dos principalmente: Dabiq, en primer lugar: y Rumiyah, en segundo lugar. A través de estas revistas la organización disemina sus dogmas religiosos de carácter fundamentalista, informa a sus seguidores de sus logros y los instruye en cómo cometer actividades terroristas (ARAGÓ, 2017).
Revistas fundamentalistas. Fuente: thejournal.ie.
Dabiq, cuyo nombre simboliza la ciudad donde tendrá lugar el Armagedón, en el cual saldrá vencedora la religión musulmana (Reinares, 2016). Esta revista cuenta con 15 números (AGUILAR FRANCO, 2018) y ha sido traducida a varios idiomas, principalmente al inglés y al francés y caracterizándose por su estilo sencillo (ARAGÓ, 2017). Al principio su contenido animaba a los mujayadines a realiza la hijrah (migración) en favor de la Ummah (comunidad musulmana), invitándolos a viajar a Siria o a Irak para participar en el conflicto, logrando un gran éxito. Esta estrategia sufre un cambio cuando los adeptos encuentran más dificultades a la hora de desplazarse a estos territorios, por lo que se opta por proponer a sus seguidores enclavados en Occidente a actuar en nombre de Daesh allá donde se encuentren (ARAGÓ, 2017).
No obstante, y con el avance de la comunidad internacional y la consecuente pérdida de hegemonía en los territorios controlados por Daesh, se consigue censurar y clausurar Dabiq.
Este relevo lo tomó Rumiyah, revista que continúa hasta nuestros días. Su nombre, al igual que Dabiq, posee un gran simbolismo; y es que hace referencia a Roma, la representación máxima de la cristiandad y que es objetivo a abatir (Reinares, 2016). Esta revista, sigue la misma línea que Dabiq, aunque se ha traducido a más idiomas, destacando el inglés, francés, ruso, alemán e indonés, entre otros (GOSH / BASNETT, 2017).
Estas armas de seducción masiva han contribuido a que, de acuerdo con Radicalization Awareness Network (RAN, 2017), al menos de 40.000 personas de más de 120 países distintos se trasladaron a territorio controlado por Daesh, de los cuales, alrededor de 5.000 pertenecían a países europeos entre los años 2011 y 2016.
Para paliar la situación, se han puesto en marcha numerosos mecanismos, pero el más destacable es, sin duda, el legal, tipificando conductas como la regulada en el art. 575.2 CP, conocida como delito de autocapacitación terrorista. Sin embargo, la lucha contra este nuevo paradigma del fenómeno terrorista no se debe limitar a la disciplina legal. La solución debe derivar de la reflexión conjunta de distintas disciplinas, teniendo gran protagonismo las estrategias de contrapropaganda.
ISSN 2697-1984
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
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