Andrés Seoane Fuente - Mié, 03/01/2018 - 18:38
Ilustración: Rocío Raya
Serie: 'Del Dicho al Hecho Histórico' (VI)
Este refrán tiene su origen en la Biblia, concretamente en la sentencia Cor hominis disponit viam suam, sed Domini est dirigere gressus eius (El hombre dispone su camino, pero al Señor corresponde disponer sus pasos), localizada en Proverbios 16, 9. La idea a la que responde es la incapacidad del ser humano para ser dueño total de su destino, incluso cuando sí es exclusivamente de él de quien dependen las decisiones que toman. Siempre pueden aparecer golpes de realidad que se impongan ante sus deseos y ambiciones.
Dada su larga tradición, este refrán se encuentra en multitud de obras de los más grandes creadores de la historia de las letras, como Miguel Cervantes Saavedra, que la empleó en Segunda parte del ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (1615) y en La gigantilla (1613), o Mariano José de Larra, que se valió de esta expresión en Ni por ésas. Verdadera contestación de Andrés a Fígaro, publicada por éste (1836).
Fuentes de consulta:
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