Sheila López Pérez - Vie, 12/11/2021 - 08:20
Muestras de sangre y orina para realizar un análisis de dopaje.
Serie: 'In corpore sano' (XVI)
Me gustaría comenzar esta breve disertación con tres definiciones:
- Deporte: Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas (RAE).
- Ergogenia: Optimización de los procesos que mejoran la producción de trabajo físico de los atletas. Incluyen sustancias, métodos, fármacos, equipamiento y el mejoramiento de aquellas condiciones innatas o adquiridas con el fin de lograr un mayor rendimiento físico (Revista Clínica Médica Las Condes).
- Dopaje: Administración de sustancias estimulantes para potenciar el rendimiento del organismo con fines competitivos (RAE).
El objetivo de esta disertación es presentar el dopaje, o mejor dicho, los límites (variables) del dopaje, como un ejercicio de cinismo de la sociedad a la hora de legislar, arbitrariamente, sobre qué es dopaje y qué no. Con ello, la disertación no pretende presentar el dopaje como moralmente aceptable, así como tampoco su anverso. Lo que busca es desvelar que sus límites no son ni naturales, ni evidentes ni mucho menos definidos. Expondremos nuestra argumentación en cinco breves críticas.
5 críticas al argumentario del dopaje
El dopaje es, a grandes rasgos, la utilización de sustancias artificiales a través de las cuales buscamos causar un efecto en nuestro organismo, un efecto de maximización o potenciación de rendimiento. Crítica número 1: los deportistas, tanto profesionales como amateurs, ingieren continuamente sustancias que potencian su rendimiento, algunas de las cuáles son tremendamente modificadoras, efectivas y revolucionarias ¿A partir de dónde se pone el límite entre las sustancias que se consideran dopaje y las que no?
A veces, en pos de denunciar el dopaje, se arguye que el dopaje es “hacer trampa”, un juego “ilícito” debido a que permite al consumidor competir con ventaja respecto a aquellos que no se dopan. Crítica número 2: ¿Por qué es “hacer trampa” llevar el cuerpo más allá de los límites de los que lo llevan los adversarios? ¿Acaso no se hace también con los propios entrenamientos, y de hecho se premia a aquellos deportistas que, por llevarlos más allá, desarrollan más sus capacidades físicas?
Algunos artistas, como los músicos, ingieren betabloqueadores para desenvolverse mejor en el escenario, para controlar mejor sus nervios y para llegar a hacer ciertas cosas espectaculares, que necesitan de originalidad, agilidad e improvisación, unas virtudes que se despiertan con más contundencia gracias a dichas sustancias. Esto es públicamente conocido y está permitido. Crítica número 3: ¿Por qué los deportistas profesionales, que también son artistas (participan de un espectáculo multitudinario que a todos gusta ver y que pide momentos espectaculares), no pueden consumir sustancias que les permitan ser aún mejores? ¿Acaso no lo han hecho algunos de los mejores deportistas de la historia, ofreciendo a su vez espectáculos sin precedentes?
Un argumento en contra del dopaje es el de incumplir la igualdad de condiciones en la que está el resto de deportistas. Este argumento se basa en la idea de que mientras unos se limitan a los entrenamientos permitidos, otros van más allá ingiriendo sustancias que les otorgan cierto estado físico que, solo con los entrenamientos, es inalcanzable. Crítica número 4: dependiendo del país en el que se nazca, los deportistas y sus entrenamientos están peor o mejor financiados. Así, mientras países como China, Estados Unidos o Rusia ganan continuamente medallas en los Juegos Olímpicos, países como Bolivia, Bosnia-Herzegovina o Nepal nunca han ganado una medalla. Esto se debe al impulso económico, cultural e infraestructural que en cada uno de esos países se destina al deporte profesional, haciendo que sus deportistas jamás partan de las mismas condiciones materiales que en otros países. ¿Cómo es posible que una de las críticas más recurrentes al dopaje se base en la desigualdad que este provoca, si los deportistas jamás parten de una igualdad de posibilidades y condiciones?
Desde hace unas décadas, el entrenamiento deportivo ha virado su ethos radicalmente. Mientras que en la antigua Grecia ser un campeón olímpico dependía únicamente de las capacidades físicas naturales, a partir del desarrollo de la tecnología y de la bioética se ha ido introduciendo tal cantidad de maquinaria y de productos artificiales que se puede afirmar que el término “capacidades naturales” ha quedado completamente obsoleto. Crítica número 5: ¿Dónde poner el límite de la tecnología, del diseño inteligente y de los nuevos productos alimentarios que se pueden consumir para mejorar las condiciones físicas? ¿No hay ya muchas prácticas permitidas que hace no muchos años habrían sido denunciadas por tramposas e ilegítimas?
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2697-1992.
Burgos, España
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