René González Boto - Vie, 25/06/2021 - 10:48
Serie: 'In corpore sano' (VII).
En los últimos años han sido numerosas las aportaciones que se han producido en torno a lo que representa el Deporte en Edad Escolar (en adelante, DEE). Autores e instituciones en el ámbito deportivo coinciden en señalar que el Deporte en Edad Escolar se identifica con todas aquellas actividades físico-deportivas organizadas y realizadas en horario no lectivo por niños y niñas, orientadas hacia una educación integral y un desarrollo armónico de su personalidad, donde la competición está presente sin necesariamente tener que identificarse con el epicentro de la práctica deportiva, y sí en mayor medida con la promoción de objetivos formativos, convivenciales, la participación limpia, el respeto a la norma y a los compañeros, la recreación y la diversión, juntamente con el lícito deseo de mejorar técnicamente. Si desgranamos alguna de las cuestiones anteriormente planteadas y las situamos entre la teoría y la práctica, podemos reflexionar en torno a distintos interrogantes. Veamos algunos de ellos.
¿El Deporte en Edad Escolar es DIVERSIÓN?
Disfrutar haciendo deporte engancha a quien lo practica. A la población infantil y juvenil le encanta el deporte, es uno de los principales motivos para su práctica. La atracción que representan, por ejemplo, las semanas blancas (actividades en la nieve), verdes (actividades de aventura, en la naturaleza) o azules (actividades acuáticas y de playa), las fiestas deportivas, los eventos singulares, los torneos alternativos, las jornadas festivas, los juegos y retos deportivos, las actividades participativas, etc., es innegable. La figura del profesional se transforma en un verdadero animador, la apertura a todo tipo de participantes, su implicación en la toma de decisiones, una reglamentación menos estricta y la búsqueda del placer y el disfrute en sí mismos, caracterizan un planteamiento recreativo del DEE. Sin embargo, nos encontramos muchas veces menores que no quieren tener presión por una clasificación, que se aburren en los entrenamientos, que escuchan demasiados gritos y pocas palabras de aliento, que no cuentan con ellos como desearían en las competiciones, que viven el esfuerzo como algo obligado, que no les atraen las actividades programadas… porque han dejado de interesarles. ¿Este Deporte es divertido?
¿El Deporte en Edad Escolar es EDUCACIÓN?
El DEE debe ser una actividad complementaria a la Educación Física que propicie un conocimiento amplio de los deportes en todos los sentidos, que permita mayor autonomía de niños y jóvenes, la incorporación de hábitos saludables y un compromiso fuerte con uno mismo y con la sociedad. Los profesionales debemos provocar un impacto en los participantes a nivel motriz, fomentando la adquisición de habilidades y destrezas, enseñando cómo jugar a un deporte, trabajando la condición física, las cualidades físicas principales y secundarias o incorporando rutinas higiénicas y posturales en protección de la salud y la prevención de lesiones. También debemos incidir a nivel conceptual en relación a todo el conocimiento de los deportes como, por ejemplo, el reglamento, las características de los elementos técnicos y tácticos, los materiales deportivos y los espacios de juego, su historia, los sistemas y niveles de competición, los efectos del entrenamiento, los cuidados que se deben tener durante la práctica deportiva para evitar riesgos y lesiones, saber alimentarse e hidratarse, prepararse psicológicamente, etc. Y, por último, no debemos olvidar incidir a nivel actitudinal a través de la educación en valores, asumiendo temas transversales (p. ej. mujer y deporte, el respeto al entorno urbano y material, la convivencia deportiva, la competición deportiva, el consumo deportivo responsable, hábitos saludables, etc.) y valores esenciales como el esfuerzo, el respeto o el fair play. Incluyéndolos en los objetivos y los contenidos deportivos, utilizando recursos ampliamente descritos en la literatura para inculcar, persuadir, transmitir, concienciar, orientar, impactar o sensibilizar, desarrollando juegos adaptados, juegos simbólicos, modificando reglas, cambiando las competiciones y las normas de participación, puntuando comportamientos además de los resultados, detectando y no aceptando comportamientos antisociales, insanos o irresponsables, minimizando los resultados deportivos, etc. ¿Realmente profesionales e instituciones propiciamos todo esto?.
¿El Deporte en Edad Escolar es ADAPTACIÓN?
El DEE necesita que reglas, instalaciones, materiales y programas se adapten a los más pequeños por tres razones fundamentales. En primer lugar, porque coexisten distintos motivos de práctica deportiva anclados no sólo en los gustos y preferencias individuales de cada persona, sino también por las características de edad y género de los menores. En segundo lugar, porque se permite el acceso real de los niños al deporte en tanto en cuanto, se debe tener en cuenta la progresión en los aprendizajes y las posibilidades de actuación en los diferentes niveles madurativos. Cada niño, en función de su momento, necesita planteamientos y recursos diferentes. En tercer lugar, porque necesitamos atender singularidades personales de funcionalidad y salud, por ejemplo, niños con obesidad, con diabetes, con alergias, con cardiopatías o con necesidades educativas especiales. El mercado y la investigación nos han ayudado en el diseño de materiales y espacios deportivos ideados para los distintos deportes, contextos y edades: diferentes medidas, tamaños reducidos, colores atractivos, diseños no agresivos, diferentes fabricaciones, materiales específicos no sólo para cada deporte, sino para cada habilidad motriz y nivel madurativo, elementos polivalentes, convertibles, etc. Sin embargo, el DEE no siempre tiene la mejor financiación posible, se tiende a enseñar de la misma forma en que hemos aprendido, suele ser un lugar de paso o complementario en la carrera profesional de monitores y entrenadores, y el peso del modelo deportivo adulto condiciona significativamente los planteamientos metodológicos en categorías inferiores. En consecuencia, ¿todos los profesionales estamos perfectamente cualificados para afrontar las adaptaciones que los niños necesitan? ¿Tenemos los recursos necesarios para poder adaptar correctamente las actividades? ¿Los reglamentos deportivos se adaptan a los niños, o son los niños los que tienen que adaptarse a los reglamentos?
El deporte es una manifestación social en constante cambio, también el Deporte en Edad Escolar. Frente al encorsetamiento y linealidad del deporte mediático y de alto rendimiento, motor de expectativas, de ilusiones, dinamizador económico y modelo de excelencia para nuestra sociedad, debemos aprovecharnos de su valor como espejo para los más pequeños. Pero no podemos caer en el error de trasladar directamente su idiosincrasia, ni tampoco sus objetivos. Debemos reflexionar sobre la necesidad de responder a los distintos intereses de los menores, persuadirles para que el deporte sea un compañero de viaje durante toda su vida, un elemento de juego, de deseo y de educación, y también que puedan elegir su participación en él de la forma en que cada uno desee.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2697-1992
Burgos, España
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