Daniela Derosas Contreras - Jue, 21/09/2023 - 10:15
Educación e inteligencias múltiples.
Serie: 'El reto del Profesor en Formación' (LXI)
En los últimos años ha tomado mucha relevancia la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner (1983), la cual propone que todos poseemos ocho tipos de inteligencias desarrolladas en mayor o menor medida. Esta teoría explicaría, según Gardner, que los discentes poseen distintas formas de abordar el aprendizaje dependiendo de su tipo de inteligencia predominante.
En primer lugar, es necesario definir el concepto de neuromito. Según Ruiz Martín (2020), los neuromitos se define como:
“. . . aquellos malentendidos o malinterpretaciones de hallazgos científicos que versan sobre el cerebro, que se extrapolan para describir determinados procesos de enseñanza y aprendizaje, y que con frecuencia se traducen en prácticas para el aula de dudosa eficacia” (p. 295).
Estas prácticas, como por ejemplo las inteligencias múltiples, ofrecen sentido al docente, ya que refuerzan el sesgo de confirmación que induce a creer en nociones preconcebidas. En este caso en particular, todos los niños aprenden de formas diferentes y solo basta con encontrar la manera de adecuada para cada alumno.
En segundo lugar, bajo la perspectiva de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, el aprendizaje se comprendería como una cuestión intuitiva en la cual el proceso de enseñanza quedaría supeditado exclusivamente a la forma en que se presenta un contenido y no a las habilidades del sujeto. En consecuencia, si se acepta el principio de las inteligencias múltiples como válido, se relegan a un plano secundario tanto a la psicología cognitiva, que propone la presencia de un factor único de inteligencia, así como la Teoría Bifactorial de Spearman (1955).
En tercer lugar, cuando Gardner plantea la Teoría de las Inteligencias Múltiples hace 40 años, lo hace sin definir de forma concreta lo que son. Por lo tanto, no son pocos los teóricos que aseguran que carece de una revisión crítica, ya que no hay evidencia científica que la sustente (Navarrete y Queutre, 2011). Es así como un acucioso estudio de Ferrero, Vadillo y León (2021) expone que, al no estar comprobada empíricamente, la Teoría de las Inteligencias Múltiples serviría para explicar la mayor o menor dificultad que los alumnos experimentan al enfrentarse a las diversas asignaturas, pero en ningún caso validar la existencia de diversos tipos de inteligencias en el cerebro humano. Asimismo, cuando Howard Gardner ganó el Premio Príncipe de Asturias en 2011, fue sincero en afirmar que el concepto de inteligencias múltiples puede ser reinterpretado como “talento”.
Y, por último, dentro de la descripción de las inteligencias múltiples no se dan pautas de actuación sobre cómo aplicarlas, qué tipo de actividades se deben realizar, cómo se ha de organizar el tiempo, qué clase de materiales adaptados se deben proporcionar a los alumnos, etc. Todas estas interrogantes hacen que la Teoría de las Inteligencias Múltiples no se pueda llevar a la práctica de forma efectiva y eficiente como otras metodologías educativas. En este sentido, Ferrero (Marqués, 2021) afirma que ya que no hay evidencia científica que respalde el impacto de las inteligencias múltiples en el rendimiento académico escolar, implementar este tipo de procedimientos supone una gran inversión de tiempo por parte del docente sin que se puedan asegurar resultados positivos en el proceso de enseñanza/aprendizaje.
A modo de conclusión, en muchos aspectos, la persistencia de los neuromitos en educación crea en las nuevas generaciones docentes, lo que Buades (2022) denomina eduwashing, término que alude al blanqueamiento de tendencias educativas novedosas, que destacan sobre todo por presentarse como lúdicas, pero que no necesariamente poseen un sustento teórico sólido o una base conceptual afianzada, como ocurre en este caso con las inteligencias múltiples. Ante todo, es necesario recordar que la Educación es una disciplina que forma parte de las Ciencias Sociales, y como ciencia no puede respaldar teorías que empíricamente se han demostrado inciertas. Está en nuestro criterio como docentes ofrecer a nuestros alumnos herramientas educativas eficaces y realistas.
Referencias bibliográficas
Buades, J (2022). Del Eduwashing a cultivar personas en Andreu Navarra y David Rabadà (coord.), La educación cancelada (2ª edición, pp. 82-95). Ed. SLOPER.
Ferrero, Vadillo y León (2021). A valid evaluation of the theory of multiple intelligences is not yet possible: Problems of methodological quality for intervention studies. Intelligence, Volumen 88, pp. 1-14.
Gardner, H. (2019). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Ed. Paidós.
Marqués, S. (24 de agosto de 2021). Marta Ferrero: "En Educación tendemos a entender mal la innovación". Magisterio. Recuperado el 15 de septiembre de 2023.
Navarrete, P. y Queutre, J. L. (2011). Teoría de las Inteligencias Múltiples en Educación: una revisión crítica. [Tesis, Universidad Católica de Temuco].
Ruiz Martín, H. (2020). ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza. Ed. Graó.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1859
Burgos, España
Comentarios
Un análisis muy interesante
Ana Cano replied on
Nos alegramos de que te haya
mariasandra.lado replied on
Agradecimiento
Manuel Silva replied on
Nos alegra haberte ayudado.
mariasandra.lado replied on
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