El recuerdo de las pequeñas cosas

Material de estudio.

Serie: Educación en la era digital (XCVIII)

Y si ahora te preguntasen: «¿qué objeto/s recuerdas de tu época escolar?» ¿Qué contestarías? Pasamos toda nuestra infancia y adolescencia en la escuela. Allí acontecen multitud de experiencias, vivencias, anécdotas. Algunas serán olvidadas, aunque otras sí quedarán grabadas en nuestra memoria.

Sin embargo, aquellas que creemos olvidadas pueden volver al presente al contemplar un objeto de aquella etapa, al preguntarnos o al oír hablar sobre él. Las emociones, las sensaciones, los recuerdos vuelven a nuestra mente permitiéndonos retroceder hacia aquellos años. Algunas experiencias serán recordadas con cariño, otras con cierta nostalgia, incluso, algunas con tristeza por evocar algún hecho que en ese momento nos afectó negativamente.

Estos objetos, que generalmente suelen ser olvidados en un cajón o tirados a la basura, tienen un valor especial para los historiadores y para los museos de la educación o pedagógicos. Allí se pueden encontrar objetos de todo tipo y de todas las épocas, permitiendo que personas de todas las edades puedan recordar sus años escolares. Para los historiadores de la educación estas experiencias son muy relevantes, ya que permiten contextualizar los objetos y conocer la historia tanto de una persona como de un grupo (Sanchidrián y Molina, en prensa).

Tipología de los objetos escolares

Para los historiadores de la educación, los objetos tienen valor por sí mismos, porque nos muestran los modelos de creencias (Schlereth, 1982) de las personas que se encargaron de pensarlos, encargarlos, crearlos, comprarlos o usarlos. Estos objetos, además, pueden sufrir diversas modificaciones, por lo que también reflejarían esas creencias y modelos sociales de los que forma parte la persona.

Este hecho ha llevado a Braster et al (2011) a establecer dos tipos de objetos: los objetos culturales y los objetos sociales. Los primeros hacen referencia a los objetos fabricados para ser utilizados en la escuela como, por ejemplo, lápices, estuches, libros, ordenadores, etc. Mientras tanto, los objetos sociales son aquellos que han sido creados por el alumno o el profesor, es decir, se han realizado en el ámbito escolar (fotografías, dibujos, exámenes, trabajos manuales, etc.).

No obstante, hay objetos que pueden comenzar siendo culturales y luego pasan a ser sociales como los cuadernos, archivadores, agendas… Esto se debe a que estos objetos son creados para ser utilizados en el aula. Presentan unas características semejantes, solo varía el diseño que cada empresa quiera darles. Sin embargo, una vez llegan a las manos de los alumnos o de los docentes, estos son modificados, dándole cada uno su toque personal.

En definitiva, recordamos los objetos porque nos unían a algo o a alguien (compañeros, hermanos, madres, padres, maestros…, incluso a nuestro yo del pasado), porque nos hacían soñar, porque nos costó mucho esfuerzo conseguirlo, porque fue un regalo muy deseado o, simplemente, porque evoca un acontecimiento donde ese objeto estuvo presente y tuvo un papel protagonista. Como dirían Sanchidrián y Molina (en prensa), «¿Cómo si no explicar que se recuerden los sacapuntas porque “Quedaba con mis amigas en la papelera para charlar”? ¿Nos importa el sacapuntas o nos importa lo que ocurría al coincidir varias alumnas en la papelera? ¿Nos interesa la capa o el niño convertido en pirata?».

Referencias bibliográficas

Braster, S., Grosvenor, I. y Pozo, M. M. del (Eds.). (2011). The Black Box of Schooling. A Cultural History of the Classroom. Peter Lang.

Sanchidrián Blanco, C. y Molina Poveda, M. D. (en prensa). En C. Sanchidrián Blanco, I. Grana Gil y M. Hijano del Río (Coords.), La modernización de la enseñanza a través de los materiales didácticos. Tirant lo Blanch.

Schlereth, T. (1982). Material Culture Studies in America. American Association for State and Local History.

Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN: 2659-5222