Nuria Puente Domínguez - Lun, 08/04/2019 - 16:57
¿Sabías que el 4% de los alumnos que están realizando el Máster en Marketing Digital son ingenieros informáticos?
El marketing digital es una disciplina que, inevitablemente, va de la mano de la Ingeniería Informática, de manera que si no posees una buena base de conocimientos informáticos, deberás tener cerca un profesional informático que complemente las numerosas acciones necesarias.
La tecnología está presente en todo el proceso de comercialización y ventas que se lleva a cabo en un entorno digital (desde que el cliente encuentra un negocio, hasta el modo en que éste se comunica con él, pasando, en ocasiones, por el propio proceso de compra). Por ello, es un factor clave de éxito que forma parte de la propuesta de valor de cualquier empresa digital y le permite desarrollar ventajas competitivas que determinan el éxito o fracaso de la actividad y condicionan la gestión comercial.
En nuestro Máster en Marketing Digital siempre hemos dicho que apostamos por una formación que combina la visión estratégica necesaria para tomar decisiones con la capacidad táctica necesaria para ejecutar las acciones de la estrategia. Y la informática está presente en ambas. Por un lado, tal y como dice nuestro profesor Luis Miguel Garay (Ingeniero en Informática y Doctor en Inteligencia Artificial que actualmente trabaja como Director de Digitalización de Telefónica), «es necesario entender, con criterio, lo que es posible y lo que no», es decir, conocer el alcance de la tecnología y saber qué implicaciones tienen nuestros deseos (recursos humanos y económicos necesarios, tiempo estimado, nivel de dificultad, riesgos asociados…), pues solo así podremos tomar las decisiones correctas: ¿solución prefabricada o desarrollo a medida?, ¿solución propietaria o de código abierto? ¿datacenter on premise o cloud? ¡Depende!
En multitud de ocasiones, de la idea al desarrollo hay un abismo que solo puede ser franqueado de forma coordinada y de la mano de un informático bien formado, no solo para obtener un resultado de éxito sino para facilitar el camino hasta llegar a él.
Por otro lado, tal y como dice Virginia Cabrera, Ingeniera de Telecomunicación que trabaja como Especialista en Transformación Digital en Telefónica Empresas, «esto del marketing digital no es cuestión de millennials. A pesar de lo que muchos piensan, ser un buen Community Manager no es ser un adolescente espabilado y gracioso, hacer una web no es tarea de un joven aficionado a los videojuegos al que le gusta programar». Los avances tecnológicos facilitan constantemente la aparición de nuevas herramientas cada vez más potentes y, a la vez, complejas, que hay que saber utilizar correcta y eficazmente. La clave está en conseguir que las herramientas hagan lo que nosotros realmente queremos que hagan.
Una de las cosas que, a mi juicio, son más interesantes en marketing digital, es la posibilidad de automatizar tareas y personalizar mensajes masivos, de manera que, con muy poco esfuerzo, el cliente perciba que le hablamos sólo a él, sabiendo quién es, de dónde ha venido, qué ha comprado, cuándo… Ahora bien, para que esto funcione de forma profesional, debemos saber qué píxeles de seguimiento hay que colocar en cada parte del sitio web, cómo tenemos que configurar las herramientas de analítica web (como Google Analytics) para que nos den la información que realmente nos interesa (algo imprescindible para tomar decisiones de negocio). También tenemos que saber gestionar de forma adecuada un CRM para que, vinculado con nuestro CMS, con nuestras redes sociales o con nuestra herramienta de email marketing nos permita automatizar diferentes tareas.
En este sentido, es imprescindible que el responsable de marketing digital determine cuál es el customer journey y qué acciones concretas hay que realizar en cada momento, pero será absolutamente necesario trabajar con un experto con competencias informáticas suficientes como para poder segmentar bases de datos de clientes y automatizar las campañas para que, por ejemplo, cuando un cliente se registre en un formulario, active un trigger que desencadene una flujo automatizado de emails con una cadencia determinada, o cuando alguien compre un determinado producto en nuestro e-commerce, seamos capaces de hacer una campaña de crosselling personalizada, o cuando un cliente lleve un tiempo sin interactuar con nosotros, seamos capaces de potenciar su engagement…
Que tu sobrino tenga Facebook o se pase el día en Instagram no implica necesariamente que sepa utilizar estas redes sociales de forma profesional. Seamos sinceros: ¿darías a tu sobrino un millón de euros para hacer una campaña de publicidad en redes sociales? Salvo que éste sea un verdadero especialista en marketing digital, es muy probable que tu respuesta sea no. Y es que, cuando hablamos de elevados presupuestos la cosa cambia, ¿verdad?
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