Juan José Arranz Amo - Vie, 14/07/2017 - 10:47
Antes de contestar a la pregunta, vamos a contextualizar el mapa. En España, el 90,5% de sus ciudadanos usa internet en su móvil y, de todos estos, el 40% compra una vez al mes por internet como mínimo. ¿Interesa invertir en marketing digital?
La respuesta es sí, pero hay que tener en cuenta una variable, a la que el marketing digital no puede llegar, sólo potenciarla. Esta variable a tener en cuenta es el valor añadido que le damos a nuestros productos, el cual difícilmente será vendido si no cuenta con algún extra que no le dé la competencia. Entre estos valores añadidos, se encuentran los siguientes:
- Tenemos un producto con mejor calidad que nuestra competencia
- Tenemos el mejor precio del mercado
- Ofrecemos el mejor servicio
- Tenemos la mejor experiencia post-compra
Entre todos estos valores añadidos, necesitamos por lo menos uno para que el marketing digital nos dé sus frutos, ya que gracias a sus herramientas podemos difundir nuestros productos a toda la red.
¿Qué nos proporciona el marketing digital? ¿Nos ayuda a luchar de igual a igual contra las grandes multinacionales? La respuesta bajo mi punto de vista es que sí que ayuda, pero no podemos hacerlas frente. Una empresa local, sin el marketing digital, solo podría llegar a un segmento de la población muy pequeño, mientras que una gran empresa puede llegar a cualquier punto del planeta, y gracias a la globalización y a herramientas como Amazon o Facebook podemos hacer como las multinacionales, llegar a cualquier punto del globo. Pero ahora veremos porque David no pudo con Goliat en este tema.
Una empresa digitalizada por lo menos tiene que utilizar estos canales de entrada a su web:
- SEO: Son las personas que entran a través de un buscador.
- Trafico SEM: Entran a través de la publicidad que ponemos en Google para salir más arriba en el buscador.
- Redes sociales: Acceso a nuestra web desde enlaces en redes sociales.
- Publicidad Online: Banners que colocamos en webs externas por las que se puede entrar en nuestra web.
- Email: Enlaces que colocamos en los email que enviamos.
Dividiremos estos canales como pago y no pago.
En los de pago meteremos SEM y Publicidad Online mientras que el resto no serían de pago (inicialmente).
Para poder obtener bastante tráfico en los canales que no son de pago hay que recordar una gran frase de los gurús del marketing, EL CONTENIDO ES EL REY.
Además del contenido, si queremos aparecer en las primeras páginas de google hay que optimizar la web (si eres o tienes un buen informático lo consigues fácil); en cuanto a redes sociales (sin pagar), lo más importante es no ser aburridos, que tus seguidores estén deseando que pongas otra publicaciones, y esto solo se consigue con tres cosas: chicas en lencería, humor o llegando al corazón.
Los emails de tu propia base de datos, son una herramienta valiosa para la fidelización, pero hay que recordar que nunca debemos avasallar ni cansar a tus clientes, ya que un email lo verán, dos igual, pero al tercero irá a la papelera.
Y ahora llegamos al porqué David no pudo contra Goliat en el marketing digital. El trafico SEM se consigue a través de una inversión y una colocación de palabras clave tanto positivas como negativas, por lo que cuanto más pujes, más clics tendrás y podrás situarte encima de tu competencia. En cuanto a la publicidad online, cuanto más se invierta, en más webs externas podremos estar, por lo que seremos vistos por más personas y tendremos más sesiones en nuestra web.
Por todo esto, no podemos pretender ganar a las grandes multinacionales, pero sí jugar en su liga y quitarles algunos clientes.
A la pregunta que mencionamos al principio, ¿el marketing es el santo grial de las empresas?, la respuesta es NO, el marketing digital al igual que el clásico, no es más que una herramienta que nos ayuda a potenciar nuestros productos o servicios, por lo que si no tenemos algo que nos haga destacar frente a nuestros competidores, fracasaremos tanto con marketing digital como sin él. Porque como dijo un sabio: “No nos creamos que hemos inventado el mundo”. Henry Ford lo sabía, y decidió darle un valor añadido a su producto. El vehículo ya existía, él consiguió que fuera accesible para todo el mundo gracias a la producción en cadena y la rebaja del precio.
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