Juan M. Fernández López - Vie, 02/12/2022 - 09:14
Gamer.
Serie: 'La Vitamina Inquieta' (XXXV)
Los deportes electrónicos (esports) son un fenómeno social, económico y cultural en plena expansión. Con ellos, el número de jugadores de esports (gamers) se ha disparado y diversificado según el nivel de dedicación y competitividad en este tipo de aficiones. Hoy sabemos que la franja de edad mayoritaria de los gamers se encuentra entre los 18 a 25 años, por lo cual, la población estudiantil constituye un nicho poblacional de importancia para la industria de los esports (1).
En este sentido, si bien el número de horas que los jóvenes gamers pasan jugando, varía significativamente dependiendo de su perfil, sean estos jugadores “casual” (ocasionales) o “hardcore” (también conocidos como progamers) o “profesional” (involucrados en ligas competitivas oficiales); en todos los casos deberemos considerar que esas horas de juego serán paralelas y a su vez acumulativas a aquellas dedicadas al estudio (también de carácter sedentario) (2,3). Este detalle no es despreciable cuándo se intenta valorar los posibles efectos negativos sobre la salud metabólica, física y psicosocial del gamer (4).
Los nutricionistas deportivos no hemos encontrado así, con una paradoja de salud interesante en el fenómeno gamer, se trata de una combinación prevalente atípica entre:
1) los trastornos nutricionales, metabólicos y funcionales característicos del sedentarismo (no observados en los deportes clásicos);
2) el riesgo de lesiones musculo-esqueléticas típicas de la realización de gestos corporales sistemáticos realizados en un largo periodo de tiempo, sea de preparación, práctica o competición (habitual en deportes convencionales), y
3) el riesgo de daño degenerativo de estructuras óseas y articulares provocado por la persistencia de posturas corporales aberrantes (más típicas de actividades laborales sedentarias que en los movimientos y deportes convencionales) (2,5).
El caso es, que una nutrición adaptada, puede tener un efecto modulador significativo en cada uno de los tres vértices de este triángulo de riesgos en los esports. Es decir, puede tener un efecto positivo tanto en la prevención, como en la mejora de la salud del gamer. Sin embargo, también es cierto que, dada la relativamente nueva inclusión de los esports en la realidad poblacional, aún existen pocas recomendaciones nutricionales específicas para brindar asesoramiento profesional a estos jugadores. Por ello, los nutricionistas deportivos debemos adaptar el conocimiento relacionado a otras disciplinas o actividades laborales con características similares y esperar los próximos avances científicos en este campo (1).
La supervisión nutricional es entonces, altamente recomendable, sobre todo cuándo sabemos por reportes epidemiológicos que los gamers expresan un aumento del apetito, junto con unos patrones de comportamiento nutricional poco saludables, tales como un mayor consumo de bebidas ricas en azúcares y cafeína (2). Es importante aclarar que estos patrones conductuales parecen estar asociados al entorno de los esports, es decir no necesariamente causados por él. Por último, si consideramos que el gasto energético de una hora de juego representaría en promedio algo más de 60 calorías/hora, una cifra muy similar a la observada en actividades altamente sedentarias; es fácil deducir el significativo riesgo de desarrollo de sobrepeso, obesidad y un amplio abanico de trastornos metabólicos con riesgo cardiovascular temprano para estos jóvenes si no se adapta su patrón alimentario (6).
En otro sentido, surge una nueva vía de actuación y acompañamiento de los nutricionistas deportivos para con los gamers. Es aquella relacionada al rendimiento deportivo en los esports. Evidentemente, la mejora o conservación de la salud de los gamers, es en sí misma, un factor que favorece el rendimiento deportivo especialmente buscado por los progamers o jugadores profesionales. Pero además de ello, debemos considerar las exigencias físicas y sobre todo cognitivas de estos jóvenes. Debemos recordar que algunos juegos de alta intensidad requieren de la realización de hasta 500 acciones por minuto (2) que pueden ejercerse en ráfagas y pueden repetirse incluso durante horas, mientras la capacidad de reacción, la toma de decisiones, la estrategia y la concentración mental pueden determinar el rendimiento, éxito o fracaso en el juego. Además, con el aumento de la competitividad en los esports, se ha observado también un incremento en la participación de muchos jugadores semiprofesionales y profesionales en programas sistemáticos de entrenamiento físico y postural que ya han demostrado ser efectivos para mejorar secundariamente el rendimiento en el juego electrónico (7,2,8).
Una vez más, la capacidad de modificar la alimentación según el conocimiento actual y a la espera de próximas evidencias, permitirá no sólo mejorar el rendimiento cognitivo en las horas de juego y competiciones, sino también favorecer la optimización de la adaptación física buscada a través de los ejercicios físicos especialmente centrados en la mejora cardiovascular, de la flexibilidad y la estabilidad osteoarticular preventiva. Por último, estrategias ergogénicas como el uso de suplementos específicos para la activación o mantenimiento de la activación del sistema nervioso central, para mejorar la precisión y/o toma rápida de decisiones (6,7,8), pueden ser usadas con éxito, siempre bajo supervisión profesional.
Referencias bibliográficas
1. Ribeiro FJ., Viana V., Borges N., Teixeira VH. El surgimiento de la nutrición de eSports: una revisión. 2021.
2. Emara AK., Ng MK., Cruickshank JA., Kampert MW., Piuzzi NS., Schaffer JL., King D. Gamer's health guide: optimizing performance, recognizing hazards, and promoting wellness in esports. Current Sports Medicine Reports, 19(12), 537-545. 2020.
3. Chan G., Huo Y., Kelly S., Leung J., Tisdale C., Gullo M. El impacto de los deportes electrónicos y los videojuegos en línea en los comportamientos de estilo de vida en los jóvenes: una revisión sistemática. Computadoras en el comportamiento humano. 126, 106974. 2022.
4. Yin K., Zi Y., Zhuang W., Gao Y., Tong Y., Song L., Liu, Y. Linking Esports to health risks and benefits: Current knowledge and future research needs. Journal of sport and health science, 9(6), 485-488. 2020.
5. Queiroz LB., Lourenço B., Silva LE. Lourenço DMR., Silva CA. Musculoskeletal pain and musculoskeletal syndromes in adolescents are related to electronic devices. Journal de pediatria, 94, 673-679. 2018.
6. Monteiro Pereira A., Costa JA, Verhagen E., Figueiredo P., Brito J. Asociaciones entre la participación en deportes electrónicos y la salud: una revisión de alcance. Medicina Deportiva, 1-22. 2022.
7. Szot M., Karpęcka-Gałka E., Dróżdż R., Frączek B. Can Nutrients and Dietary Supplements Potentially Improve Cognitive Performance Also in Esports?. In Healthcare 10 (2): 186. 2022.
8. Madden D., Harteveld C. “Constant Pressure of Having to Perform”: Exploring Player Health Concerns in Esports. In Proceedings of the 2021 CHI Conference on Human Factors in Computing Systems: 1-14. 2021.
9. Ordóñez FM., Oliver AJS., Bastos PC., Guillén LS., Domínguez R. Mejora del sueño en deportistas: uso de suplementos nutricionales. Archivos de Medicina del Deporte, 34(2), 93-99. 2017.
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