Tamara González Innovación Educativa
Mar, 26/03/2024 - 11:44

ChatGPT, foto de banco de imágenesChatGPT.

Serie: 'El chip del aprendizaje' (XXX)

La tecnología siempre nos ha acompañado y a pesar de su auge actual, no se trata de un concepto nuevo ya que, en la década de los años 50 del siglo pasado, Alan Turing planteó que las máquinas serían capaces de pensar. A partir de esto, surgió el test de Turing encargado de determinar si una computadora podía ser tan inteligente como un humano.   

En 1956, John McCarthy (1927-2011) durante la Conferencia de Dartmouth, nombra por primera vez el término «inteligencia artificial», definido como la disciplina científica que se ocupa de crear programas que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana.

Desde ese momento, la evolución de la IA ha sido constante y exponencial, está cambiando el modo en que vivimos, trabajamos e interactuamos con el mundo, sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos, ¿por qué existe tanta desconfianza con la IA? ¿se debe a que nos asusta y nos fascina a la vez?

Este sistema es un apoyo y gran soporte para liberar a los humanos de tareas repetitivas, agiliza la toma de decisiones al analizar gran cantidad de datos a mayor velocidad, mejora la precisión y se ha demostrado que fomenta la creatividad, ya que nos liberara de tareas con poco valor. Por estas razones, entre muchas otras, está presente en el sector sanitario, educativo, en el transporte y el sector energético, en la banca, marketing, etc.

El debate ético es inevitable sobre la IA y sus consecuencias para la sociedad, sin embargo, no sería justo hablar de sus ventajas sin hacer alusión a la desconfianza que genera ya que esta podría escaparse del control de los humanos.

Desde la educación afrontamos un futuro de trabajo en conjunto con la inteligencia artificial, pero valorándola siempre como una herramienta de apoyo y nunca un sustituto del criterio humano, no conocerla y emplearla puede suponer una desventaja competitiva y si sabemos utilizarla será de gran utilidad.

Partiendo de este marco, ¿cómo podemos aprovechar el potencial de Chat GPT para crear contenido?

En primer lugar, debemos presentar a Prompt: es la instrucción o conjunto de instrucciones que proporcionamos a la inteligencia artificial (en este caso, GPT) para obtener una respuesta específica, por ello, de nuestras preguntas dependerá su respuesta.

¿Cómo podemos elaborar un buen Prompt? Te proponemos algunos consejos: contextualiza la instrucción, utiliza un lenguaje claro, concreta la tarea, indica el formato, decide el tono y define la audiencia.

  1. Contextualizar la tarea. Partiendo del marco de <la tecnología educativa>, necesito que proporciones <5 herramientas> con los que elaborar <infografías>.
  2. Lenguaje claro y conciso. Redacta la introducción de un artículo titulado <Las infografías como recurso educativo > que contenga las palabras clave < imagen > y <teoría del color >.
  3. Concreta la tarea y divide, si es necesario. Dime 5 libros sobre <redes sociales para educación > - <Dame más información sobre el segundo libro>.
  4. Indica el formato: <escribe un texto descriptivo sobre gamificación>.
  5. Define la audiencia. Crea un guion para un vídeo educativo sobre <el aula virtual > orientado a <estudiantes de máster >.

La naturaleza conversacional de Chat GPT hace que sea fácil empezar a utilizar la herramienta de inmediato, estas y otras indicaciones como aportar el formato de salida, ofrecerle ejemplos, otorgarle un rol o proporcionar la plataforma, etc., harán que las respuestas se acerquen mucho más a lo que demandamos.

Frente a todas estas ventajas e incontables beneficios que nos ofrece hasta la fecha, tratamos de considerar a esta herramienta una ayuda, no el enemigo del puesto de trabajo o la actividad académica.

Notas bibliográficas

Scolari, C. A. (2023, April 3). ChatpGPT: del Test de Turing al Test de Baricco. Hipermediaciones. 

Knust, R. (2023, enero 11). ¿Cómo usar ChatGPT en el aula? EDUTEKA.

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2792-2340

Burgos, España

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