María Pérez Orozco - Vie, 11/06/2021 - 11:50
El equilibrio emocional de los padres se transmite a los hijos por sus palabras y sus actos.
Serie: 'Educación en la era digital (LXVIII)
Para fomentar la salud emocional es muy importante que los niños se desarrollen en un ambiente de cariño, de respeto y de seguridad. No nos olvidemos de que los dos sentimientos más substanciales y primordiales para que los niños se desarrollen emocionalmente sanos son la seguridad y la confianza en ellos mismos; para conseguir optimizar estos dos sentimientos y emociones los padres deben focalizar sus energías en conseguir el difícil, pero no imposible, equilibrio entre firmeza y cariño, en la coherencia, en el diálogo (dependiendo de la edad) y en caminar en la misma dirección. Estos serían los pilares para el equilibrio psicológico de los niños.
Para ello es fundamental que los padres sean los modelos adecuados a imitar por su prole, si bien, no es posible que un pequeño tenga salud emocional si recibe verbalmente unas directrices, pero los hechos que percibe son completamente diferentes creando en ellos emociones contradictorias, confusiones y sentimientos ambivalentes. Esto último también está relacionado con la coherencia que acabamos de citar: si unos padres acuerdan algo, tanto positivo como refuerzo, como negativo como reprimenda hacía un inadecuado comportamiento, es fundamental que sean coherentes ante sus acuerdos, promesas o castigos cumpliéndolos invariablemente. De esta forma se trasmite constantemente, no solo coherencia y firmeza, sino también aspectos muy positivos como la sinceridad y el compromiso.
Para terminar, retomamos la afirmación de la importancia de caminar en la misma dirección por parte de los progenitores, como premisa fundamental para conseguir salud emocional en sus hijos; Mi experiencia como psicopedagoga y maestra, me confirma una y otra vez, la magnitud que alcanza este propósito en cuanto al equilibrio y salud emocional infantil. Al hablar de educación 'en la misma dirección' hacemos referencia a los valores que se quieren trasmitir y desarrollar, a las prioridades educativas, a los acuerdos familiares, a las normas a seguir, etc. vividas en el seno familiar. Siempre digo a los padres que 'más vale equivocarse juntos que acertar por separado'. Es decir, caminar juntos sin censurase el uno a otro, sin anularse mutuamente en relación con la educación de los hijos y sin revocarse. Cuando los padres van por 'libre' cada uno bajo su prisma y estilo parental, los hijos psicológicamente se desarrollan desconfiados e inseguros, pues en la mayoría de las situaciones no saben a qué modelo atenerse. Resumiendo, como hemos comentado, para fomentar una salud emocional en los hijos, los pilares y cimientos básicos serían el cariño, la coherencia, la firmeza, y, sobre todo, equilibrio y similitud educacional, siendo los padres siempre los modelos a seguir, no solo de palabras sino, sobre todo, de hechos.
¿Qué valores se deben inculcar?
Los valores que los padres deben inculcar a sus hijos para que crezcan emocionalmente sanos son todos aquellos que les ayuden a formarse y desarrollarse como personas seguras, independientes y confiadas. Durante la infancia los valores se adquieren, se interiorizan y se aprehenden, es decir se convierten en 'nuestros' comenzando a formar parte de nuestra personalidad. Siguiendo con una de las clasificaciones de psicología evolutiva, la primera infancia (de 0 a 3 años), la segunda infancia (de 3 a 6-7 años) y la tercera infancia (de 6-7 a 12 años), son momentos ideales para el desarrollo de todo tipo de hábitos positivos, virtudes y valores. En las etapas posteriores, pubertad y adolescencia, momentos de crisis de identidad, es más difícil, pero no imposible, la inculcación de estos.
Los padres, como ya se ha citado, son los primeros modelos para la trasmisión de valores durante la infancia; Estos valores se centran sobre todo en la sinceridad, la generosidad, la amabilidad, la bondad o la tolerancia a la frustración como valores imprescindibles para una salud emocional óptima, así como otros, por ejemplo, el respeto hacia la diversidad, la voluntad, el orden, el compromiso, la creatividad o la honestidad que son considerados valores trascendentales y esenciales para un equilibrio psicológico adecuado en los niños y, en definitiva, para que se desarrollen seguros y felices.
¿Qué se debe evitar?
Se debe evitar inculcar o trasmitir todo tipo de contradicciones verbales o actitudinales por parte de los progenitores que generen en los hijos inseguridades, sentimientos encontrados y/o miedos. Un ambiente familiar hostil, en donde prima la falta de voluntad, la falta de compromiso o la mentira son ingredientes perfectos para que los niños se desarrollen psicológicamente inestables. Generalmente, esto conlleva en la mayoría de los casos, niños con niveles de autoestima muy bajos y poco autónomos que repercuten negativamente en varios aspectos como el rendimiento académico o las relaciones sociales entre iguales.
Debemos evitar la falta de diálogo en el seno familiar. La mala y/o falta de comunicación no favorece el desarrollo de la salud emocional en los hijos. Compartir momentos de comunicación familiar en donde se pongan 'etiquetas' a los sentimientos y emociones vividas es una buena terapia de desarrollo de inteligencia emocional con el fin de que los niños se auto-conozcan mejor y conozcan mejor sus propios sentimientos y los de los demás miembros de la familia y, en consecuencia, se comprendan también mejor, tanto a ellos mismos, como comprender también los sentimientos y emociones de los demás. Es primordial también para una salud emocional adecuada en los niños, las normas y los límites (por supuesto, adecuándonos a cada etapa evolutiva). Por lo tanto, cabe señalar que debemos evitar ambientes familiares desordenados, sin horarios, ni rutinas y en donde 'todo vale'; En conclusión, falta de diálogo familiar, falta de cariño, falta de congruencia y coherencia entre el matrimonio, falta de normas y falta de límites, así como la falta de educación conjunta por parte de los padres y la falta de valores citados anteriormente como la voluntad, el compromiso o la verdad sería lo que los padres deben evitar vigorosamente para conseguir que sus hijos tengan salud emocional y equilibrio psicológico.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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