Reciclaje: ¿Cómo? ¿Por qué?

Día Mundial del Reciclaje 2023.

La preocupación por la supervivencia del planeta, y nuestra vida en él, es un tema que resuena constantemente. De este conflicto medioambiental y de recursos surgen distintas alternativas y miradas al futuro: una más oscura y pesimista, que se orienta hacia un colapso sistémico, hacía la no superación de los retos que acontecen o capacidad de reinventar nuestro imaginario; y otra, algo más esperanzadora, orientada a remontar, a seguir estando (aunque sea de un modo diferente). Esta segunda se abordaría, principalmente, de dos formas: la vía reformista y de manutención del sistema para hacer del mismo más sostenible; y la de reinvención de este, con la descolonización del imaginario económico-social. En este punto, ¿Dónde se posicionaría el reciclaje? ¿Es acaso suficiente?

Si el desarrollo y crecimiento son intrínsecos al sistema económico actual, habría que plantearse la opción de que estos mismos sean viables y participen de una transformación ecológica suficiente, explorando la posibilidad de su sostenibilidad. Sin crecimiento y desarrollo, este sistema “no es” y, en estos términos, no se pueden apoyar ambas cuestiones, sin justificar el sistema económico-productivo vigente. 

Reto productivo

Tratar este problema, no solo conlleva un reto productivo. También supone una dimensión política, que pasa por cambiar la forma de hacerlo, de situarse en los cimientos del problema que acontece. ¿Por qué buscar parches a una producción que genera la propia lógica autodestructiva que se quiere solventar? ¿Por qué salvar al agente que ocasiona lo que nos destruye como planeta y amenaza nuestro modo de vida?

Si es el propio funcionamiento económico-productivo el que requiere este daño medioambiental, ¿por qué no buscar alternativas a este modelo? Si no hay objeto en la economía con un sentido transcultural o transhistórico, las operaciones económicas y productivas tampoco serían naturales, eternas ni universales. En este sentido, reciclar en sí, no se configuraría como algo esencialmente positivo y podría tener dos ramificaciones: una solidaria, sistémicamente, con el rumbo de las lógicas productivas y económico-sociales actuales, que redunden en el sentido del crecimiento y sigan generando un problema para el medio ambiente; y otra que favorezca una descolonización de nuestro imaginario económico, que a través del desarrollo de estas medidas, se visibilicen los peligros de nuestra forma de vida en relación a la naturaleza y a la explotación de los recursos naturales.

Busquemos pues, en esta acción, la cara transformadora, la forma de mirar y pensar al reciclaje de un modo no conformista, de una manera que revierta y consiga tambalear otros espacios.

Bibliografía

Latouche, S., y Jappe, A. (2015). Pour en finir avec l’économie. Décroissance y critique de la valeur. Libre & Solidaire.