Andrés Seoane Fuente - Mié, 07/06/2017 - 13:34
Basta con pensar en el concepto criminología para que vengan a nuestra mente tres letras: CSI. La influencia de las series de televisión ha encasillado las salidas profesionales del Grado en Criminología, unos estudios que abarcan desde el derecho penal hasta la medicina forense y la psicología criminal, pasando por la antropología o la biología criminal. Y, por lo tanto, el abanico de puestos de trabajo al que pueden acceder los alumnos titulados es igualmente extenso.
Como ciencia interdisciplinar, la criminología forma a los estudiantes para que puedan ocupar los cargos de perito criminalista en cualquiera de sus especialidades (acústica forense, entomología o genética forense; investigación en incendios y explosiones, documentoscopia y pericia caligráfica, accidentes, etcétera), detective privado y director de seguridad privada. Pero también permite el desarrollo de otras actividades profesionales como:
- Director de equipos de consultoría legal y criminológica
- Coordinador de equipo técnico para el tratamiento criminológico en menores, familias, víctimas de delitos y violencia de género
- Mediador familiar y penal
- Integrante de equipos de tratamiento en instituciones penitenciarias
- Investigador policial, de campo u operativa (orientado a los profesionales policiales)
- Acción y política criminal
- Docencia universitaria y formación continuada
- Asesoría a letrados, políticos y empresas de seguridad
- Participación en programas divulgativos y de sucesos en medios de comunicación
- Prevención del delito (primaria, secundaria y terciaria)
- Diseño y gestión de programas de prevención e intervención
- Consultor criminológico en:
- Medios de comunicación
- Ayuntamientos
- Diseño de edificios y urbanizaciones
Pero cursar los estudios de criminología también abre la puerta, por lo general poco explorada por la escasa cultura del emprendimiento existente en España, del autoempleo. Con la definición de una estrategia empresarial estudiada y clara, esta vía permite a los graduados iniciar su andadura con un negocio propio capaz de especializarse en el ámbito profesional que más interés les suscite.
Aunque en España la criminología no tiene aún demasiada tradición –el título universitario oficial de licenciado en esta ciencia se reguló por un Real Decreto en 2003-, poco a poco va adquiriendo un grado más elevado de madurez y la sociedad demanda cada vez más este tipo de perfiles. De cara al futuro, y dada la progresiva integración de estos especialistas en diferentes entornos de trabajo y el crecimiento de su prestigio, el mercado laboral necesitará más profesionales, mejor formados y con conocimientos específicos en todos los campos de actuación que abarca esta ciencia.
Las buenas perspectivas que ofrecen estos estudios a la hora de encontrar un trabajo se resumen en los datos recogidos por la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios del Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan que en 2014 la tasa de actividad de los que terminaron criminología cuatro años antes era del 90,4%, con un 87,6% de empleados y tan solo un 3,1% de parados. A pesar de las dificultades derivadas de la recesión económica, quienes optaron por la criminología presentan una elevada tasa de ocupación. Y el auge que están alcanzado todas las salidas laborales relacionadas con esta titulación, solo apunta a una mayor demanda de estos profesionales durante los próximos años, por lo que se presenta como una atractiva elección de estudios universitarios.
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