Ignacio Linares Navarro - Mar, 14/02/2023 - 13:59
Corazones de papel.
Serie: 'El ABC de la Psicología' (XV)
En los tiempos que corren muchas parejas acuden a la consulta de un profesional para recibir terapia de pareja. Con frecuencia alegan discusiones continuas, incomprensión por parte del otro e imposibilidad para resolver sus conflictos. Pero lo primero que se debe considerar es que los problemas entre personas no son exclusivos de las relaciones de pareja, puesto que toda relación personal tiene sus altibajos, ya sea ésta de pareja, de amistad o profesional. ¿Qué puede diferenciar, pues, a las relaciones de pareja respecto al resto? Analicemos la siguiente ilustración que expone los componentes propios de una relación amorosa, empezando por los vértices del triángulo:
Intimidad: la confianza que se tiene en el otro para contar con él y comunicarle aquellos aspectos que forman parte de la esfera más privada. Ejemplo si se presenta en solitario: amistad con un amigo que vive lejos.
Pasión: las ganas de estar con el otro, de estar juntos y realizar actividades con él. Ejemplo si se presenta en solitario: relación extraconyugal en la que ambos miembros solo se juntan para tener sexo.
Compromiso: el proyecto de futuro conjunto que se diseña con la otra persona. Ejemplo si se presenta en solitario: matrimonio concertado sin que los dos contrayentes se conozcan previamente.
Como puede deducirse, cada uno de estos tres componentes por separado son incapaces para definir una relación de pareja satisfactoria. ¿Podría funcionar con dos de ellos? Analicémoslo:
Pasión + Intimidad: lo que se denomina como amor romántico, de cuento o de película, estilo Romeo y Julieta. Idílico pero sin futuro al carecer de compromiso. Ejemplo: amor adolescente durante unas vacaciones tras las cuales cada uno volverá a su rutina habitual en su ciudad.
Intimidad + Compromiso: el amor sociable consiste en una convivencia que se mantiene en el tiempo, habiendo tenido ocasión ambos miembros para respetarse y construir una confianza en el otro pero sin que exista la pasión. Ejemplo: relación de confianza pero insatisfactoria para ambos cónyuges que deciden permanecer juntos por los hijos.
Compromiso + Pasión: amor fatuo u obcecado, propio de parejas que quieren estar juntas pero cuyas personalidades o problemas externos hacen incompatible la relación imposibilitando de esta manera la presencia de la intimidad. Ejemplo: pareja que empieza su relación en la juventud con atracción mutua y pensando que ha de ser para toda la vida pero que con el paso de los años se dan cuenta de que sus intereses, modos de vida y personalidades son muy diferentes.
En definitiva, tampoco con dos de los componentes se obtiene una relación de pareja plenamente satisfactoria. La receta para conseguir hacer funcionar la relación parece ser por tanto aportar los tres ingredientes: intimidad + pasión + compromiso, en lo que se ha venido a denominar como amor consumado o amor completo. No obstante, no basta con alcanzar esta completitud, sino que hay que mantenerla.
Corazón hecho con dos hojas de un libro.
¿Cómo se mantiene una relación de amor completo? Sin duda puede existir una multicausalidad pero suele referirse a la comunicación como el elemento clave. La comunicación de pareja puede entenderse a tres niveles: verbal, emocional y sexual; y las investigaciones concluyen que el nivel verbal es el más importante puesto que, al mejorar éste, se posibilitan mejorías en los niveles emocional y sexual.
Pero, ¿cuándo la comunicación es adecuada? La respuesta a esta pregunta puede ser tan simple como que una comunicación adecuada se dará cuando los efectos deseados por el emisor coincidan con los efectos suscitados en el receptor. Cuando hable con su pareja, tenga siempre presente que no es tan importante lo que se dice sino cómo se dice, lo cual coincide con el concepto de asertividad en contraposición a los de agresividad o pasividad en la comunicación. Los patrones de interacción conyugal de cada pareja se han definido a lo largo de mucho tiempo y se reproducen de manera automática con escaso margen para las variaciones espontáneas pero, de estimarse necesario, con la ayuda de un profesional pueden corregirse con el fin de que la relación de pareja vuelva a ser satisfactoria y plena para ambos.
Bibliografía:
Serrano Martínez, G. y Carreño Fernández, M. (1993). La teoría de Sternberg sobre el amor. Análisis empírico. Psicothema, 5(supl.), 151-167.
Sternberg, R. J. (1988). El triángulo del amor: intimidad, pasión y compromiso. Paidós Ibérica.
Sternberg, R. J. (1999). El amor es como una historia. Una nueva teoría de las relaciones. Paidós Ibérica.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1832
Burgos, España
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