Terapia asistida con psicodélicos: un nuevo modelo de intervención en salud mental

Las sustancias psicodélicas han sido objeto de controversia durante mucho tiempo. Sin embargo, durante los últimos años hemos asistido a un creciente interés sobre su potencial terapéutico.

Los efectos de este tipo de sustancias se caracterizan por modificar el estado de conciencia habitual, ampliando los umbrales de percepción sensorial, alterando el pensamiento racional y amplificando la conexión emocional con uno mismo y los demás. No en vano, el término psicodélico hace referencia a la capacidad de estas sustancias para manifestar el alma (psychē “alma" y dēloun “manifestar”) (Kelmendi et al., 2022). El mecanismo de acción principal a través del cual se generan estos efectos está vinculado a la activación de los receptores serotoninérgicos (5-HT2A).

A pesar de que, durante la década de los 60, la investigación sobre estas sustancias fue prolífica, las decisiones políticas del presidente Richard Nixon frenaron todos los proyectos científicos que estaban en marcha. Sin embargo, en el año 2016, la Universidad John Hopkins retomó esta línea de investigación mostrando que la administración controlada de una única dosis de psilocibina, el principio activo de las setas alucinógenas, reducía significativamente los síntomas de depresión y ansiedad ante la muerte en pacientes enfermos de cáncer. A día de hoy, la psilocibina se encuentra en Fase IIb de investigación clínica habiéndose comprobado su potencial antidepresivo en 233 pacientes (Goldwin et al., 2022). Aún más adelantada está la investigación sobre el potencial de la MDMA para el tratamiento del estrés postraumático, encontrándose en Fase III de desarrollo del fármaco (Mitchell et al., 2021). Se espera que ambos compuestos estén aprobados como medicamentos por la European Medical Agency (EMA) y la Food and Drug Administration (FDA) a lo largo del año 2026.

Sin embargo, ninguno de estos compuestos se administran tal y como se viene haciendo con los medicamentos clásicos que solemos emplear en la práctica clínica. Su administración requiere de un entorno seguro y controlado, una preparación óptima del paciente para afrontar una experiencia en un estado modificado de conciencia, la supervisión clínica durante los efectos psicoactivos y un proceso de integración adecuado con el fin de maximizar los beneficios terapéuticos de la experiencia a largo plazo. Esta nueva modalidad de intervención clínica se conoce como psicoterapia asistida con psicodélicos y requiere de una formación especializada en profesionales de la salud mental que, universidades como Harvard o Berkeley, ya están impartiendo. A pesar de que en España todavía no existe ninguna certificación oficial sobre este incipiente abordaje terapéutico, hospitales como el San Joan de Deu, San Juan de Reus o el Clinic, al igual que Fundaciones, como ICEERS o la Beckley Med, investigan el potencial de la MDMA, el 5-MEO-DMT, la psilocibina, la ibogaína y la ayahuasca asistida con psicoterapia en problemas como el estrés postraumático, la adicción a la metadona, la depresión y el duelo por la pérdida de un ser querido.