Sergio de Pablo - Mié, 21/10/2020 - 00:00
Recientemente se ha publicado el Real Decreto-ley 29/2020, de 29 de septiembre, de medidas urgentes en materia de teletrabajo en las Administraciones Públicas y de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19.
Se considera teletrabajo “aquella modalidad de prestación de servicios a distancia en la que el contenido competencial del puesto de trabajo puede desarrollarse, siempre que las necesidades del servicio lo permitan, fuera de las dependencias de la Administración, mediante el uso de tecnologías de la información y comunicación.”
Además, “En todo caso, tendrá carácter voluntario y reversible salvo en supuestos excepcionales debidamente justificados.”
Obviamente, no todo tipo de teletrabajo va a ser bueno. En ciertos casos, la adopción “obligatoria” del teletrabajo por parte de muchos trabajadores en tiempos de COVID-19 conlleva el riesgo de sedentarismo.
Este, ha demostrado influir en cuanto a incremento de trastornos músculo esqueléticos (TME) en los trabajadores, ya que:
- Hay evidencia en cuanto a que la realización intervenciones ergonómicas en puestos de oficina reduce el dolor y mejora la movilidad de la columna cervical (Baydur et al., 2016).
- Hay evidencia que muestra que la realización de ejercicio físico de fuerza en puestos de oficina reduce el dolor y mejora la movilidad de la columna cervical. (Lowe et al., 2016).
Estos TME guardan una estrecha relación con aspectos psicosociales. Por ejemplo, el estrés, tecnoestrés, monotonía y la repetitividad son algunos de los cuales generan fatiga tanto mental como física limitando, en ocasiones, el tiempo o las ganas de realizar actividad física semanalmente.
Por ello, como fisioterapeuta y técnico de prevención de riesgos laborales veo que es necesario empoderar a los trabajadores transmitiendo que el trabajo activo basado en movimiento y fuerza es vida.
Se puede concluir que el teletrabajo presenta un arma de doble filo que, si tratamos de aprovechar todo el tiempo que nos ahorramos en el desplazamiento de ida y vuelta hasta nuestro centro de trabajo para instaurar rutinas y hábitos de vida saludable, podemos mejorar mucho nuestra calidad de vida.
Por último, no se debe olvidar que la salud es un balance de los hábitos, disciplina y comportamiento frente a las adversidades. Por esto, optimizar el tiempo, respetar horarios y adoptar una serie de ejercicios de manera rutinaria favorecerán el bienestar biopsicosocial previniendo el sedentarismo y lo que este conlleva.
Bibliografía
Baydur, H., Ergör, A., Demiral, Y., & Akalın, E. (2016). Effects of participatory ergonomic intervention on the development of upper extremity musculoskeletal disorders and disability in office employees using a computer. Journal of occupational health, 16-0003.
Lowe, B. D., Shaw, P. B., Wilson, S. R., Whitaker, J. R., Witherspoon, G. J., Hudock, S. D., ... & Wurzelbacher, S. J. (2017). Evaluation of a workplace exercise program for control of shoulder disorders in overhead assembly work. Journal of occupational and environmental medicine, 59(6), 563.
Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. Boletín Oficial del Estado núm. 253, de 23 de septiembre de 2020, páginas 79929 a 79971 (43 págs.) Recuperado de: https://www.boe.es/eli/es/rdl/2020/09/22/28
Añadir nuevo comentario