Marcos Terradillos - Mar, 29/12/2020 - 11:40
En los momentos en los que nos encontramos, en una pandemia que está provocando, no solo miles de fallecidos sino una importante crisis económica que está afectando principalmente a los más desfavorecidos, es importante resaltar una actitud humana que podemos rastrear hasta la prehistoria más lejana, la solidaridad. Un claro ejemplo de la solidaridad en la Prehistoria es la documentada en el famoso yacimiento de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos), con unos 450 mil años.
La Sima de los Huesos es un lugar muy especial para el estudio de la evolución humana. Sólo aquí, se han encontrado más de seis mil restos humanos, que pertenecen a unas 30 personas (prenenadertales). Este pequeño espacio localizado en las entrañas del sistema kárstico de Atapuerca ha sido interpretado como una acumulación intencional de cadáveres, un lugar de enterramiento, el más antiguo conocido de la humanidad. Estos restos humanos nos han aportado mucha información: número mínimo de individuos, edad, sexo, relaciones filogenéticas a partir de análisis del ADN; y también, ejemplos de solidaridad.
En este yacimiento se ha recuperado una de las pelvis más completas del mundo. Pertenece a un individuo muy adulto, un anciano de la época. Esta persona andaba encorvada, tenía graves patologías vertebrales y necesitaba un “bastón” para poder moverse. Pensando en lo móviles que eran estas sociedades nómadas, necesariamente el grupo tuvo que ayudarlo en esas largas caminatas.
Este grupo también tuvo que ayudar a una niña que nació con una grave patología congénita que impedía que su cerebro se desarrollara con regularidad. Esta pequeña, seguramente sufrió graves problemas motores y cognitivos. En un entorno tan hostil como el Pleistoceno medio, en el que la Sierra de Atapuerca estaba poblada por leones y tigres dientes de sable, tuvieron que cuidarla con mucho “mimo” para que pudiera superar la infancia.
Pero, sin duda, el caso de solidaridad más divulgado en este yacimiento es el de Miguelón (cráneo 5). Es uno de los cráneos más completos del mundo. Está tan completo que podemos identificar una importante patología que seguramente desembocó en su fallecimiento. Miguelón se dio un golpe en la boca, se le partió un diente y le entró una infección en la zona del bigote (maxilar). La infección fue tan fuerte que le deformó la cara. Pero lo más relevante no es su patología. Lo más importante es que sus compañeros tuvieron que cuidarle, cazar por él, recolectar por él, e incluso masticarle la comida para que pudiera sobrevivir unos meses.
Afortunadamente, estas no son las pruebas de solidaridad mas antiguas de la humanidad. En el yacimiento de Dmanisi (Georgia) se ha recuperado un cráneo de un anciano. A esta persona le tuvieron que procesar la comida durante años para que pudiera comer, ya que había perdido la dentición. Estas evidencias tienen casi dos millones de años.
El estudio de la evolución humana y del comportamiento de los homininos nos demuestra que la supervivencia de nuestro género se debió al gregarismo, al trabajo en equipo y, en muchas ocasiones, a la solidaridad. Tenemos mucho que aprender.
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