Anna Sánchez Caballé - Mar, 04/05/2021 - 11:00
Las smart classroom, repiensan el diseño de la pedagogía.
Serie: 'Neurociencia y Educación: el Cerebro Aprende' (VI)
En las últimas dos décadas las tecnologías digitales han irrumpido en la cotidianidad de la sociedad, aspecto que tiene asociados importantes cambios en diferentes procesos. Un ejemplo de estos cambios puede ser realizar la compra de productos pesados. Actualmente, con una simple aplicación nos pueden llegar dichos productos a casa, sin apenas esfuerzo. No obstante, ¿estos cambios se han producido en el contexto educativo?
Uno de los elementos fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje es el espacio en el que este se desarrolla y que, habitualmente, en contextos formales se denomina aula. Papert (1993), en su libro 'The children's machine', entre otros aspectos, habla de la evolución que han experimentado las aulas a lo largo de la historia. Para ello se refiere a viajes en el tiempo: ¿qué sucedería si un cirujano de hace doscientos años viajara desde su época hasta la actualidad? Seguramente sería incapaz de conocer la mayor parte del material de trabajo. Y entonces ¿qué pasaría si el que viaja en el tiempo fuera un maestro? Seguramente encontraría novedades, pero con un poco de tiempo y aprendizaje sería perfectamente capaz de desempeñar su quehacer docente.
Con la finalidad de adaptar las aulas al momento actual, así como a los estudiantes actuales, en los últimos años ha proliferado la investigación y el diseño de aulas inteligentes (del inglés Smart classroom). Las smart classrooms repiensan el diseño y los recursos del aula con el objetivo de que las tecnologías digitales se mimeticen en ella. Se puede considerar que este nuevo concepto de espacio nace de la combinación de tres pilares (Bautista, Escofet y López, 2019):
- La pedagogía. Entendida como la base de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, el cómo se enseña. Generalmente las aulas inteligentes están pensadas para que el estudiante elabore su propio conocimiento a partir de la reflexión acerca de los recursos y estímulos que se facilitan. Esta idea está muy relacionada con las pedagogías constructivistas postuladas por Vygotsky y Piaget.
- El diseño arquitectónico y espacial. Se suele apostar por espacios flexibles que permitan dar respuesta a las diferentes situaciones que se puedan producir en el contexto de enseñanza-aprendizaje. Además, priman los espacios diáfanos con mobiliario fácil de desplazar y con el objetivo de facilitar los agrupamientos flexibles de trabajo o el desarrollo de actividades que requieran de amplitud.
- La tecnología. Se pueden integrar desde tablets, proyectores, alfombras interactivas y ordenadores hasta elementos un poco más sofisticados (por ejemplo, sensores de luz, temperatura y ruido). Gracias a estos últimos recursos, el profesor o profesora puede animar a los estudiantes a regular su volumen si se pasa de ciertos decibelios o elegir un tipo de luz más cálida para realizar actividades tranquilas, y fría para realizar actividades que requieren de un mayor grado de atención.
Figura 1. Elementos que integran un aula inteligente.
La combinación de los elementos referidos con anterioridad persigue favorecer un aprendizaje eficiente promoviendo una mejora en la capacidad de atención de los estudiantes. En la misma línea de pensamiento, autores como Srivastava (2013) postulan que el uso de estrategias variadas, la multitarea, así como la integración de contenido multimedia en los procesos de enseñanza-aprendizaje promueve el desarrollo de la atención y de retención de información en la memoria de trabajo entre los estudiantes.
En este sentido cabe señalar que la adaptación del espacio a las necesidades de los estudiantes y del grupo clase permite repensar cuáles son las verdaderas necesidades del alumnado y del claustro. Seguramente las aulas tendrán que evolucionar mucho todavía, pero sin lugar a duda ver una de estas smart classrooms probablemente haría reflexionar a Papert sobre sus viajes en el tiempo.
Modelo de aula flexible.Fuente: Unsplash
Referencias bibliográficas:
Bautista, G., Escofet, A. y López, M. (2019). Diseño y validación de un instrumento para medir las dimensiones ambiental, pedagógica y digital del aula. Revista mexicana de investigación educativa, 24(83), 1055-1075.
Papert, S. (1993). The children’s Machine. Basic Books.
Srivastava, J. (2013). Media multitasking performance: Role of message relevance and formatting cues in online environments. Computers in Human Behavior, 29(3), 888-895.
Editor: Universidad Isabel I.
ISSN 2697-0481
Burgos, España.
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