Adán Arboledas Briceño - Jue, 10/06/2021 - 11:30
Bomberos en una situación de emergencia recogiendo heridos tras un terremoto.
Serie: 'Seguridad a tu alcance' (V)
La planificación de emergencias es un ejemplo perfectamente ilustrativo de cómo el uso conjunto de la tecnología, la logística, la estrategia y los recursos humanos pueden llegar a salvaguardar vidas y patrimonio natural, incluso en aquellos casos en los que el fenómeno adverso sea, por sus propias características, inevitable. Para ello, como elemento fundamental del proceso de planificación, es imprescindible entender que la población, las personas, son el eje central del esfuerzo notable que se realiza a la hora de abordar y elaborar un plan de emergencias territorial o especial, y que dicho esfuerzo -ya sea intelectual, como la evaluación de riesgos, o físico, como los ejercicios y simulacros- debe enmarcarse en lo que se espera de un Estado democrático y de Derecho en cuanto a protección de la ciudadanía, y estar a la altura de los cánones que exige el llamado estado del bienestar. En este sentido, el soporte jurídico de este tipo de planes tiene vocación de exhaustividad, destacando las directrices básicas que encontramos en el Real Decreto 407/1992, de 24 de abril, por el que se aprueba la Norma Básica de Protección Civil, y que vienen a constituir no sólo un andamiaje teórico para la propia elaboración del plan, si no unas garantías legales explícitas y obligatorias que son requisito indispensable para la posterior homologación del documento.
Es de destacar en este ámbito la referencia expresa a las personas con discapacidad contenida en esta norma, que refuerza la garantía de asistencia a las mismas a la hora de aplicar medidas de protección frente a los riesgos, y que venía a recoger los preceptos derivados del Real Decreto 1276/2011, de 16 de septiembre, de adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad.
Por otra parte y afortunadamente, vivimos en una sociedad global cada vez más comprometida con el medio ambiente y la sostenibilidad, y en este sentido los planes de emergencia territoriales y especiales pueden conllevar una labor de sensibilización en cuanto a campañas para la prevención de incendios, la observancia de estrictas normas de seguridad en las instalaciones dedicadas a la producción de energía nuclear y el control sobre las plantas químicas, por ejemplo. En esta línea de preocupación por las personas y el medioambiente en la gestión y planificación de las emergencias, podemos observar también cómo en los últimos años se están llevando a cabo notables esfuerzos de integración de tecnología y apoyo a la intervención ante situaciones adversas por parte de los Estados miembros de la Unión, como el Plan rescEU para la coordinación y respuesta ante los desastres, y la creación de una flota vehicular conjunta con aportaciones individuales de los Estados.
Por tanto, la elaboración de planes de emergencia territoriales y especiales, así como su posterior implantación, son disciplinas que no sólo albergan un alto componente científico y estratégico, ya que además contienen una importante vertiente social que, llevada a buen efecto, pueden contribuir a lograr que el Mundo sea un lugar mejor.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2697-288X
Burgos, España
Añadir nuevo comentario