Bernardo Peña Herrera - Mié, 18/08/2021 - 10:07
Serie: 'Seguridad a tu alcance' (IX).
Este fenómeno tiene importantes repercusiones, no solo desde el punto de vista psicológico y criminológico, sino desde el punto de vista de las ciencias de la seguridad.
El efecto espectador supone una difusión de la responsabilidad y, por tanto, una inhibición a la hora de actuar: “¿Por qué tendría que intervenir precisamente yo, habiendo más personas que podrían hacerlo? Mejor miro para otro lado…”
Todo comenzó el 13 de marzo de 1964 con el fatídico caso de “Kitty Genovese”, una chica de 28 años que salía de trabajar y se disponía a ir a casa, en Nueva York. De repente, un hombre apareció, la asaltó, empezó a agredirla y a propinarle puñaladas. Ante los gritos, varios vecinos se asomaron a sus ventanas, pero se limitaron a mirar sin decir nada. Los transeúntes se limitaron a seguir caminando, mirando hacia otro lado.
Después de unos interminables minutos, un hombre se limitó a gritar al agresor, exigiéndole que dejara en paz a su víctima. En un primer momento, el agresor se acobardó y huyó lugar, dejando tendida en el suelo a su víctima, malherida. Tras unos minutos, y viendo que nadie hacía nada ni llamaba a la policía, el agresor volvió, violó a la chica y le asestó varias puñaladas más. Finalmente, alguien llamó a la policía, pero cuando vino, la víctima ya había muerto tras una terrible agonía.
Este caso suscitó el interés de los investigadores, pero no solo por el asesinato en sí, sino por el hecho de que durante más de una hora, medio centenar de personas fueron testigos de los hechos, sin que nadie hiciera nada. Esto hizo pensar a los psicólogos que había alguna variable que debió mediar en la inhibición de tal cantidad de testigos.
Darle y Latane (1968) realizaron un minucioso estudio en el que concluyeron que, a mayor número de testigos, menor posibilidad de que alguien intervenga en la situación. Los investigadores encontraron algunas variables que median en la posible actuación de los testigos:
- Relación coste-beneficio
- Que los demás juzguen nuestra actuación
- Variables cognitivas de la acción:
- ¿Soy capaz de ayudar?
- ¿Qué voy a ganar con esta acción?
- ¿Qué puedo perder si le ayudo?
- ¿Por qué tengo que ser yo si hay más personas mirando?
- Individualismo propio de la sociedad moderna
Ya a principios del siglo XX, el psicólogo francés LeBon advirtió que las masas de personas, las muchedumbres, hacen decaer la responsabilidad personal, siendo más proclives a comportamientos despersonalizados, irracionales e incluso violentos. Manifestaciones de estos fenómenos pueden verse en manifestaciones, por ejemplo.
Referencias
Darley, J. M., & Latané, B. (1968). Bystander intervention in emergencies: diffusion of responsibility. Journal of personality and social psychology, 8(4p1), 377.
Latane, B., & Darley, J. M. (1968). Group inhibition of bystander intervention in emergencies. Journal of personality and social psychology, 10(3), 215.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2697-288X
Burgos, España
Añadir nuevo comentario