Ricardo Ortega Ruiz - Lun, 02/10/2023 - 10:27
Crimen de Motril. Fuente: El Mundo.es
Serie: 'Criminología en serie' (XLI)
El pasado 6 de mayo la localidad de Motril, Granada, despertó con la noticia del fallecimiento en un accidente de tráfico de Encarni Muñoz, que viaja con su marido José Manuel Jiménez, quien, a pesar de sobrevivir al siniestro, decidiría acabar con su vida poco tiempo después.
Sin embargo, cuando la Guardia Civil acudió al lugar del accidente, hubo dos hechos que les llamaron la atención: el vehículo no presentaba los daños suficientes como para terminar en un accidente mortal y, en lo que nos concierne, el cuerpo de la víctima emanaba menos temperatura de la que cabía esperar en un individuo que acababa de fallecer.
Cuando una persona pierde la vida comienzan una serie de cambios en el organismo, dando inicio a la conocida como la triada mortis (algor, rigor y livor mortis). El primer fenómeno se basa en la pérdida de temperatura, la segunda en la rigidez muscular y la última de ellas, en la palidez cadavérica, siendo la preponderante a analizar el algor mortis.
En el momento en el que deja de funcionar el corazón, la sangre deja de desplazarse por el cese de los latidos, por lo que ya no genera más calor y el cuerpo va perdiendo temperatura paulatinamente a un ritmo constante. Cuando una persona acaba de fallecer, su temperatura corporal sigue siendo normalizada (36-37ºC) y la va perdiendo en base tanto a factores internos (temperatura inicial, temperatura base del individuo…) como a externos (temperatura ambiente, ropa que vistiera, etc.…). Si el cuerpo ya había perdido calor significa que ya llevaba un tiempo fallecido, motivo por el cual levantó sospechas en los profesionales del Instituto Armado, corroborándose este hecho por la autopsia.
El examen forense permitió conocer además la causa de la muerte: asfixia mecánica, aunque no especifica de qué tipo. Según la clasificación de Di Maio estas se dividen o bien de carácter ambiental (no puede respirar el individuo por un descenso de oxígeno en el medio o por la inclusión de gases tóxicos) o bien por origen mecánico.
Las más interesantes para el caso en cuestión son aquellas de origen mecánico, ya que están más vinculadas a la muerte violenta. Entre esta tenemos aquella asfixia que tiene su origen en la construcción del cuello (ahorcamientos o estrangulación), por sofocación donde se taponan las entradas del oxígeno en el organismo, por sumersión en medio acuático o por compresión en el tórax y/o el abdomen, imposibilitando la entrada de aire en el cuerpo.
Al carecer de mayor detalle en los medios y no haber trascendido los detalles de la autopsia, se llegó a la conclusión que Encarnación ya había fallecido cuando tuvo el accidente de coche, empleándose esta circunstancia, según los investigadores, para encubrir el asesinato de forma intencionada por parte de su pareja.
De esta manera, lo que en un principio se describió como un accidente mortal de tráfico terminó derivando en un asesinato dentro del contexto de víctimas de Violencia de Género.
ISSN 2697-1984
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
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