Objetivos de Desarrollo Sostenible en educación secundaria

Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Serie: 'El reto del Profesor en Formación' (LXII)

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) forman parte de la Agenda 2030[1], una iniciativa impulsada en 2015 por las Naciones Unidas. Se dividen en 17 objetivos [2], desglosados a su vez en 168 metas. La idea original de esta iniciativa, según se detalla en su página web, es:

“… una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás”.

Dentro de esos 17 objetivos, vamos a fijarnos en el nº 4, que es el que persigue conseguir una “educación de calidad”. Este cuarto objetivo está a su vez dividido en 7 metas y 3 submetas; de todas estas, me gustaría centrarme en el 4.3:

“De aquí a 2030, asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria”.

En el ámbito que nos ocupa, los futuros docentes de Secundaria, Formación Profesional y Enseñanza de idiomas, tenemos un papel esencial en esta meta, pues debemos asegurarnos de proveer de una educación técnica y profesional de calidad; es decir, debemos proporcionar a nuestro alumnado las herramientas necesarias para poder desarrollar sus conocimientos, habilidades y aptitudes. Ya no hablamos sólo de facilitarles contenidos teóricos o el acceso a esos contenidos, sino a saber cómo utilizarlos, cómo adaptarlos a la teoría aprendida y cómo ponerlos en uso en un ámbito profesional.

A grandes rasgos, ésta es una tarea compleja, por lo inabarcable y por el corto plazo de tiempo en el que se supone que debe estar implementada; pero no es imposible. Pensemos en cómo ayudar a nuestro alumnado a desarrollar y aplicar sus conocimientos de una manera práctica. Indudablemente, haciéndoles partícipes de ese proceso, principalmente en educación secundaria y FP: con talleres activos, situaciones de Role Play, mediante el conocimiento de casos de éxito y generando, en equipo, situaciones realistas (e incluso reales) de creatividad aplicable, es decir, crear ideas que puedan ponerse en práctica. Sin ir más lejos, el Trabajo Fin de Máster persigue ese objetivo al pedir al alumnado la creación de una buena práctica [3]aplicable al aula (En el enlace se puede leer la definición del Ministerio de Buena Práctica en Educación).

Clase. Fuente: Unsplash.