Estíbaliz Isla - Vie, 13/10/2023 - 11:00
Mujer recolectando verduras al atardecer.
Serie: 'El reto del Profesor en Formación' (LXIII)
Hoy, día 15 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural.
Escribiendo esto no puedo evitar acordarme de mi abuela, que se levantaba a las 5 de la mañana para ordeñar las vacas; o mi bisabuela, que tuvo que parir a sus doce hijos en casa, sin acceso a médicos; o sus vecinas, que nunca fueron a la escuela porque lo que tocaba era casarse y cocinar.
Sin embargo, también pienso en mi madre, que es una mujer emprendedora y empresaria; en mi hermana, que es una increíble bioquímica (porque creció en el campo entre animales y plantas); en mí, que llevo en la sangre el orgullo de mujer rural y tengo la suerte de tener este altavoz para transmitirlo y defenderlo.
Pienso en todas y cada una de las mujeres que, tras años de lucha, esfuerzo y sacrificio no reconocido, estamos empezando a ver la luz y a poder ponernos con orgullo la etiqueta de “Mujer Rural”. En todo el largo camino que hemos recorrido… y el que nos falta por recorrer.
Datos que gritan la realidad
Analizando los datos, todavía podemos ver cómo la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres se multiplica si nos trasladamos al mundo rural, donde tan solo el 51,6% de las mujeres forman parte del mercado laboral.
Hace unos años, en España, se realizaron varios talleres con mujeres rurales, a partir de los cuales, surgió el informe «Condiciones de vida y posición social de las mujeres en el medio rural». Este informe saca a relucir algunos datos poco halagüeños sobre la posición de la mujer en el medio rural, donde destaca la falta de oportunidades laborales, precariedad de empleos, falta de servicios a la población, falta de acceso a las TIC y escasa afiliación a la Seguridad Social por parte de las mujeres.
Mujer con su hijo en un arrozal.
En el informe «Diagnóstico de la igualdad de género en el medio rural 2021» se analiza también el uso del tiempo, de donde se desprende que las mujeres se siguen ocupando de las tareas del hogar, cuidados de familiares… mientras que son los hombres los que tienen mayor presencia en el ámbito social, público y político.
Todo esto, empeora la calidad de vida de las mujeres rurales, dificulta la mejora de su posición social y refuerza, aún más si cabe, la desigualdad de género en el medio rural.
Sigue habiendo zonas rurales, no tan lejos de España, donde las mujeres, incluso, carecen de documento de identidad, como muestra de un colectivo olvidado y discriminado que corre mayor riesgo, en muchas ocasiones, de ser víctima de violencia, subordinación, falta de independencia económica, presión social y abusos.
Estos datos exponen una clara conclusión: queda mucho trabajo por hacer y mucho por lo que luchar.
La vida en el campo es posible porque las mujeres rurales existen
Sin embargo, también hay otros datos esperanzadores, que muestran el avance de las mujeres en el medio rural a nivel social, laboral y de formación.
Susana Balbo nos recuerda en el capítulo del libro «Luchadoras. Mujeres rurales en el mundo», que las mujeres rurales no son un grupo homogéneo: hay indígenas, criollas, afrodescendientes. Hay ganaderas, agricultoras, artesanas, empresarias, médicos, profesoras y madres.
La vida en el campo no es posible sin las mujeres rurales, que dan cuenta de la mayor parte de la producción de alimentos a escala mundial (80% en los países en desarrollo). Las mujeres que viven en el medio rural desempeñan un papel esencial en la economía rural, facilitan el relevo generacional y evitan el despoblamiento. El arraigo femenino en el medio rural es imprescindible para garantizar su sostenibilidad, y para ello es necesario seguir promoviendo el acceso de las mujeres al mercado laboral del medio rural y asegurar la calidad en el empleo.
En relación a la pervivencia de roles y estereotipos de género, hay que señalar que el informe «Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural 2021», pone de relieve que los jóvenes que viven en zonas rurales son cada vez menos conservadores, lo que supone un dato esperanzador que hace creer en una futura sociedad rural más igualitaria.
Las mujeres rurales son las que conservan los saberes, las culturas de sus pueblos, las que transmiten las tradiciones de generación en generación, las que siguen garantizando un relevo generacional en un contexto de despoblación.
Hace unos años, unir las palabras “mujer” y “rural”, suponía una doble discriminación. Sigamos luchando para que suponga un doble orgullo.
Referencias bibliográficas:
Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (2011). Condición de vida y posición social de las mujeres en el medio rural. Gobierno de España.
D.G. Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (2021). Diagnóstico de la igualdad de género en el medio rural 2021. Gobierno de España.
Balboa, S. (2019). Es hora de visibilizar a las mujeres rurales, en Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Luchadoras. Mujeres rurales en el mundo (pp. 15-20). IICA.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1859
Burgos, España
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