Nuria González Benito - Jue, 19/10/2023 - 08:16
Educación visual.
Serie: El reto del Profesor en Formación' (LXIV)
A diario, el ojo humano capta infinidad de imágenes que son procesadas por la mente sin que el propio espectador reaccione en analizarlas. Nos mostramos débiles ante los estímulos visuales que nos descubren los medios de comunicación, convirtiéndonos en espectadores pasivos que aceptan e interiorizan los mensajes que intencionadamente quieren que asimilemos, sin percatarnos en ningún momento del riesgo que muchas de estas imágenes pueden acarrear.
En numerosas ocasiones, nos topamos con comentarios negativos acerca del uso de los medios audiovisuales por parte de los más pequeños. El mundo televisivo, carteles anunciantes, escaparates, videoconsolas, móviles e incluso películas y dibujos infantiles pueden arrastrar multitud de intenciones ocultas a los ojos de los espectadores infantiles e inclusive, espectadores en edad adulta.
Alejados de los valores negativos o crítica a los fines específicos que puede envolver una imagen, enfatizamos el poder que esta presenta en el desarrollo cognitivo, personal y social de quien concibe su contenido. Como indicó en sus estudios el psiquiatra estadounidense William Glasser, aprendemos el 50% de lo que vemos y oímos conjuntamente, aspecto detonante de la importancia de los medios audiovisuales. Cada persona percibe las imágenes de un modo distinto, pero todos damos forma a eso que divisamos, es decir, tenemos capacidad de reintegración. Por ello, son muchos los beneficios que se pueden extraer de la visualización de imágenes y, sobre todo, de su posterior análisis e intercambio de ideas como recurso facilitador de conocimientos, sensaciones y valores.
Buena educación es aquella en la que el profesor pide a sus alumnos que piensen y se dedica a fomentar el diálogo para verificar la comprensión y el crecimiento de los estudiantes. (William Glasser).
Entonces ¿por qué no aprender a analizar imágenes desde pequeños? La escuela es la encargada de iniciar al alumnado en la lectura verbal, por ello, creemos imprescindible que también sea la encargada de enseñar los contenidos y habilidades necesarias para el dominio básico del lenguaje visual. Autoras como María Lina Iglesias y Manuela Raposo, proponen que sea el propio alumnado quien acabe analizando las imágenes para poder así tomar consciencia de los elementos que la componen y el significado que se le atribuye. A su vez, adjudican al profesor/a el papel de guía, el cual puede emplear estrategias como: la autoobservación de conductas, el análisis del vocabulario de los niños, la aplicación de cuestionarios y la creación de talleres para padres.
No es un tema de actualidad que existe una realidad tecnológica a la que el profesorado debemos sumarnos e introducir en nuestra aula. El ojo humano recibe gran cantidad de mensajes visuales e influencia de ellos, por lo que es labor de las familias y docentes que se seleccione y regule su utilización, estudiando de este modo la socialización virtual, en vistas de sacar el mayor provecho de la multitud de aspectos que nos ofrecen y ampliar así su conocimiento y habilidad mediante su uso.
Lo que hace una buena alfabetización visual es ayudarnos a ser críticos; críticos en un futuro, críticos ante la publicidad, críticos para saber analizar y aprender a diferenciar.
Y tú, ¿te detienes a analizar alguna de las imágenes que visualizas en tu día a día?
Referencias:
Alegre, J. (2002). Maestro-Infantil. La influencia de la imagen en el niño.
Escuela Superior de Negocios de Monterey. (30 de marzo de 2022). ¿Cómo aprendemos? Teoría de William Glasser.
Gil, J. y Jiménez, D. (2023). Educación artística, plástica y visual en Educación Infantil. McGraw Hill.
Ortega, J.A, et al. (2004). Ministerio de Educación. Publicidad educación y nuevas tecnologías. Publicidad e Iconicidad. Propuestas para una metodología de alfabetización visual. La alfabetización visual como premisa para el aprendizaje.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1859
Burgos, España
Añadir nuevo comentario