Nuria Puentes Ruiz - Mar, 08/10/2024 - 10:33
Banderas en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
Serie: 'El Derecho Responde' (CLXXXIX)
Las relaciones entre Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, también conocida como CELAC, presentan una gran conveniencia para ambas regiones, ya que permiten a una expandir sus valores en otros países, al mismo tiempo que continua construyendo sus intereses estratégicos, mientras que la otra recibe subvenciones y buenas prácticas para su desarrollo sostenible.
Durante el periodo de financiación de 2014-2020, la ayuda oficial al desarrollo (AOD) de la Unión Europea para la CELAC se materializó en un total de 3 600 millones de euros, a través de distintas herramientas como el Instrumento de Cooperación al Desarrollo para América Latina y el Fondo Europeo de Desarrollo para el Caribe.
Entre los ámbitos a los que se podía destinar dichas cantidades encontramos: prosperidad, trabajando por un crecimiento con integración regional que favorezca la inclusión de todos; ciudadanos, incentivando una cohesión social para eliminar las desigualdades; paz e instituciones, rompiendo con la corrupción sistémica y creando una seguridad para los ciudadanos; planeta, erradicando los efectos del cambio climático y forjando una resiliencia regional; y, por último, colaboración, a favor del multilateralismo y las diversas formas de cooperaciones entre países latinoamericanos y del Caribe[1].
Actualmente, está en curso el Instrumento de Vecindad, Cooperación al Desarrollo y Cooperación Internacional (IVDCI)[2], que otorga al programa geográfico de América Latina y el Caribe 3 390 millones de euros. El IVDCI cuenta con tres pilares de actuación: el geográfico, el temático y el de respuesta rápida, siendo el pilar geográfico prioritario, lo que quiere decir que las acciones que vayan a tener lugar en América Latina y Caribe, por ejemplo, tienen prioridad en relación con otras por su temática, lo que coadyuva a que los países socios puedan apropiarse, con mayor facilidad, de las acciones de desarrollo, al estar éstas diseñadas teniendo en cuenta su idiosincrasia.
Las cumbres entre ambas regiones deben ser puntos de encuentro que faciliten el intercambio de buenas prácticas y sirvan como reuniones de valoración y evaluación de las acciones llevadas a cabo. Sin dichas cumbres, es imposible ver si las cooperaciones están dando sus frutos o, si, por el contrario, es necesario realizar cambios para lograr los objetivos señalados al principio de la colaboración.
En consecuencia, deben darse con mayor periodicidad, fomentando así los valores europeos de derechos humanos, Estado de Derecho, dignidad, igualdad, libertad y democracia, lo que supone un desarrollo sostenible inclusivo de todas las personas en América Latina y el Caribe.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2603-9087
[1] EUROPEAN UNION EXTERNAL ACTION. “Relaciones UE-CELAC” [en línea], The EEAS archive, 16 de julio de 2018 [consulta: 29 de mayo de 2024].
[2] Reglamento (UE) 2021/947 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de junio de 2021 por el que se establece el Instrumento de Vecindad, Cooperación al Desarrollo y Cooperación Internacional – Europa Global, por el que se modifica y deroga la Decisión nº 466/2014/UE del Parlamento Europeo y del Consejo y se derogan el Reglamento (UE) 2017/1601 del Parlamento Europeo y del Consejo y el Reglamento (CE, Euratom) nº 480/2009 del Consejo.
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