Roberto Cuesta Calvo - Jue, 10/10/2024 - 12:34
Seguridad urbana inteligente. Cámara de reconocimiento facial de última generación en unas galerías comerciales abiertas.
Serie: 'Seguridad a tu alcance' (XLVII)
La seguridad urbana inteligente está transformando la prevención del crimen o al menos el uso de los recursos. Con la adopción de tecnologías avanzadas como drones de vigilancia, cámaras con reconocimiento… todo ello apoyado en el análisis de big data, está posibilitando que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCS) pueden monitorear espacios públicos en tiempo real y responder de manera más rápida y eficaz ante los retos continuos planteados. Sin embargo, estos avances tecnológicos también generan importantes desafíos éticos y legales, especialmente en cuanto a la protección de datos personales que no olvidemos nunca, es un derechos y libertades fundamentales recogido en nuestra Constitución, norma jurídica máxima y básica de nuestro estado de derecho.
Tecnologías de Vigilancia en la Seguridad Urbana
Desde un punto de vista exclusivamente tecnológico, las tecnologías de vigilancia se están convirtiendo en una herramienta clave para combatir la delincuencia. Las cámaras de seguridad tradicionales se pueden complementar con sistemas inteligentes que utilizan inteligencia artificial (IA) para identificar, por ejemplo, rostros y/o patrones de comportamiento sospechosos que permitan focalizar en los riesgos activos ante tanta información. Estas cámaras de reconocimiento facial/ comportamiento permitirían detectar a delincuentes con órdenes de arresto o personas desaparecidas con una eficacia, en cuanto a medios, nunca antes vista.
Además, el uso de drones en seguridad urbana está ganando terreno puesto que, con sus cámaras de alta resolución y sensores térmicos, los drones pueden patrullar grandes áreas, especialmente en eventos multitudinarios o zonas conflictivas aportando una información clave en tiempo real. Su capacidad para sobrevolar espacios públicos permite a las FFCCS vigilar sin necesidad de una presencia física constante, lo que optimiza los recursos y aumenta la cobertura de vigilancia.
Toda esta ingente cantidad de información recogida, como hemos visto en los párrafos anteriores (cámaras, sensores de tráfico, redes sociales…), requiere ser tratada y analizada y es aquí donde aparece el análisis de big data, como una herramienta poderosa en la prevención del crimen, pudiendo detectar patrones de actividad delictiva y predecir posibles incidentes, permitiendo a las FFCCS adelantarse a situaciones de riesgo. Esta capacidad predictiva es especialmente útil en la gestión del orden público y en la prevención de delitos menores que pueden escalar a situaciones más graves.
Desafíos Éticos y Legales en la Seguridad Urbana Inteligente
A pesar de los evidentes beneficios, desde el estricto punto de vista de la Seguridad, el uso de estas tecnologías plantea preocupaciones y retos importantes desde un punto de vista ético y legal.
En la Unión Europea, el uso de tecnologías de reconocimiento biométrico en espacios públicos está altamente restringido puesto que la Ley de IA recientemente aprobada clasifica el reconocimiento facial en tiempo real en espacios públicos como una tecnología de alto riesgo y propone prohibir su uso generalizado (debido al chequeo masivo que esto supone). No obstante, como todo, esto tiene sus excepciones debidamente reguladas.
En España, uno de los principales debates gira en torno al respeto a la privacidad y la protección de los datos personales.
Es obvio que el reconocimiento facial es una técnica que implica el procesamiento de información personal sensible, pero existen otro tipos de datos no tan obvios que también deben protegerse. Un ejemplo claro es en el caso de uso de cámaras que registran matrículas de vehículos con el objetivo de controlar el acceso a determinadas áreas. La matrícula de un coche se considera un dato personal, puesto que identifica de manera unívoca a un ciudadano, y su tratamiento debe cumplir con rigurosas y estrictas normativas de privacidad. Según la legislación vigente, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) establece que este tipo de información debe ser gestionada de forma estricta, garantizando que solo se utilice con fines legítimos y respetando los derechos de los ciudadanos. Así pues, el desafío es encontrar un equilibrio entre el uso de estas tecnologías para mejorar la seguridad y el respeto a los derechos y libertades individuales recogidos en nuestra Constitución.
Asimismo, el uso de drones/ cámaras en áreas públicas plantea preguntas sobre la vigilancia continua y si ésta podría generar una sensación de vigilancia masiva o intrusión en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las Autoridades deben asegurarse de que el uso de estas herramientas se haga con total transparencia y bajo estrictos marcos legales.
La tecnología solo bajo la lupa del estado de derecho
La seguridad urbana inteligente está revolucionando la forma en que en nuestras ciudades previenen el crimen y garantizan la seguridad de sus habitantes. Las tecnologías de vigilancia, como los drones y los distintos reconocimientos, ofrecen soluciones eficientes y efectivas para enfrentar los retos de la delincuencia urbana. Sin embargo, es crucial que estos avances se implementen de manera ética y en cumplimiento con las normativas de protección de datos, para asegurar que los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos no se vean comprometidos, de ninguna de las maneras, en nombre de la seguridad.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2697-288X
Burgos, España
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