Sarai Rodero Olalla - Mié, 08/07/2015 - 12:18
Cada vez más, la tecnología nos rodea en el día a día, y en este caso, dos de las noticias que aparecían últimamente en diferentes medios de comunicación se referían a la impresión 3D. La primera, relacionada con Ámsterdam, donde se está imprimiendo un puente metálico para uno de sus canales.
Y la segunda, referida a la impresión del esqueleto de unas niñas siamesas que han separado, y cuya creación ha servido para la preparación previa a la operación (ver noticia).
Por lo que vemos, esta tecnología se introduce en nuestro entorno; hay que entender que en un futuro seguramente no muy lejano estas impresoras se hallarán en un alto porcentaje de hogares.
Este tipo de impresión se utiliza en infinidad de proyectos, como se puede ver en el siguiente. Su funcionamiento es sencillo, y los filamentos de impresión pueden ser de materiales variados, por lo que las posibilidades son infinitas. Casi podemos afirmar: «Si puedes imaginarlo, puedes imprimirlo».
Analizando los últimos artículos sobre este fenómeno, descubriremos que varios países intentan tomar la delantera sobre este tema: en China, se creó la primera escuela de impresión 3D en Cantón, y en algunas universidades ya se añaden materias de impresión 3D a los estudios.
Pero no solo en las universidades; en varios países, se están implantando las impresoras 3D en cualquier centro de primaria o ciclo formativo, por lo que esta tecnología ha llegado a las aulas, pero ¿cómo modificaría la vida de un centro la utilización de la impresión 3D?
- Aportaría inquietud y motivación en los alumnos, ya que podrían crear sus propias partes en 3D relacionadas con cualquier tipo de proyecto, testearlas, probarlas y, si no son correctas, volver a imprimirlas.
- Ayudaría a los profesores a mostrar de forma visual conceptos complejos de las diferentes materias, acercándolas a los alumnos (moléculas, partes del cuerpo humano, explicaciones matemáticas, etc.).
- Fomentaría el trabajo en equipo, el trabajo colaborativo, y crearía clases más interactivas aplicando «Aprender haciendo».
- Permitiría alimentar la creatividad del alumnado, aumentando su aprendizaje personal y creando alumnos más reflexivos.
- Además acercaría a los alumnos una nueva tecnología que posteriormente van a encontrar en su vida diaria.
- Permitiría adaptar contenidos o elementos a alumnos con discapacidades de todo tipo, personalizándolos adecuadamente y permitiendo su avance de forma más eficiente.
- Supondría un desafío para los docentes, ya que necesitarían dominar el recurso y además utilizarlo de forma creativa para poder transmitir a los alumnos los conceptos de forma correcta.
Analizando las ventajas y la evolución de esta tecnología podemos afirmar que la impresión 3D es un futuro que ya se ha convertido en presente.
Entrada publicada el 08/07/2015
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2605-258X
Añadir nuevo comentario