Francisco de la Torre - Mié, 27/11/2019 - 10:13
Serie: 'A vueltas con la Economía' (XXXVII)
¿Las medidas de buena gestión en la economía doméstica se han extrapolado a la empresa?
Sí y este éxito se debe corresponder con la presencia femenina en el mundo laboral.
Desde el momento en que la tradición situó a la mujer en el hogar se tiene que entender que ese rol, cuando es impuesto, es discriminatorio; como también, en sentido positivo, debemos concluir que el éxito en esa tarea evidencia la adquisición de competencias para la administración de empresas.
El principio constitucional es rotundo al prohibir la discriminación por razón de sexo (art. 14 CE), resultando coherente que el Código civil disponga que las tareas domésticas se han de repartir entre los cónyuges (art. 68 CC). Por tanto, impulsando la igualdad y aliviando el trabajo en casa, es obvio que estaremos favoreciendo la presencia de la mujer en el mercado de trabajo y que esta proyección se corresponda con una necesaria conciliación.
La presencia femenina en el mundo laboral, además de expresar un logro de igualdad, va a suponer llevar a la empresa medidas y técnicas de gestión experimentadas con éxito en el seno familiar.
Desde la gestión de compra para la familia, en lugar de hacerlo pensando en la individualidad, ya estamos consolidando una medida de ahorro que inspira la central de compras en campos tan onerosos como la sanidad.
El almacenamiento de productos en la despensa sugiere una medida de estocaje tan demandada por el sector aceitero para defenderse frente a los aranceles de Trump.
La herencia en vida de la ropa de los hermanos nos familiariza con el mercado de segunda mano, el reciclaje, la evitación del consumismo y de producción de residuos excesivos.
Una alimentación sana, equilibrada, no procesada, presidida por la evitación de “tirar comida” que, lamentablemente arroja cifras preocupantes de dilapidación y conducta antisocial. Conciencia de ahorro y escenario saludable predicable en todo entorno laboral.
La medida legal que favorece la empresa familiar (empezando por el art. 1056 CC) sirve para mantener indivisa una explotación, sosteniendo su rentabilidad, asegurando un enraizamiento frente a la tentación de deslocalización, promoviendo la cultura del consumo de cercanía.
Podremos seguir reconociendo directrices exitosas inspiradas en la gestión de la economía doméstica si bien, con la sencilla enumeración anterior, ya podemos concluir que, si aquella fue gobernada por la mujer, a ella se le atribuye un mérito y una decisiva aportación para los valores y estrategias más positivas de la empresa.
Esta entrada del Blog de la Universidad Isabel I se enmarca en las actuaciones de la institución académica enfocadas a alcanzar el propósito principal del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5: lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Editor: 27/11/2019 Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-398
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