Lorena Obregón Pozo - Mié, 04/12/2019 - 12:25
Serie: 'A vueltas con la Economía' (XXXVIII)
En las últimas décadas la población del medio rural interior se ha ido reduciendo de forma considerable, motivada esta declinación por la intensa emigración a los núcleos urbanos de los jóvenes rurales de ambos sexos, particularmente, mujeres. La búsqueda de nuevas oportunidades y mejoras en su nivel de vida, concretamente, en el ámbito laboral, promueve tal flujo. Ello ha generado la primacía de población masculina y, especialmente, envejecida en estas zonas. Todos los estudios centrados en el mundo rural señalan que la mujer fija población, por lo tanto, la pérdida de este segmento advierte que esta realidad no hará más que acentuarse.
Conscientes de ese vacío demográfico, desde la administración pública a agentes sociales rurales, están trabajando para cambiar los roles y estereotipos que siempre han caracterizado y diferenciado a los hombres y las mujeres en el medio rural, promoviendo la igualdad real y efectiva entre ambos, con el objetivo de potenciar la permanencia de la mujer en el mundo rural, y evitar o minimizar la formación de un desierto demográfico en el interior español.
Conviene recordar que las actividades relacionadas con la agricultura y ganadería constituyen el pilar económico fundamental de las en las zonas no urbanas, inclusive la cadena de comercialización y distribución de estos productos. Y que, históricamente, el relevo generacional de las explotaciones agrarias siempre ha priorizado la figura del hombre frente al de la mujer, confiriéndole a ésta, un papel secundario en el ámbito rural. En la actualidad, el desarrollo tecnológico posibilita que la fuerza física no sea un condicionante para poder trabajar en una explotación agraria. Además, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación están aportando múltiples novedades y ventajas también al sector agrario, a nivel de organización, gestión, productividad y rentabilidad de las explotaciones, permitiendo, al mismo tiempo, nuevas oportunidades de desarrollo y, por supuesto, de empleo.
En definitiva, la promoción de medidas económicas y la implementación de mejoras tecnológicas en el ámbito agrario asociado a economías familiares permitirán la permanencia de población joven rural y, especialmente, de las mujeres. Propiciando, al mismo tiempo, el desarrollo rural sostenible que sin duda necesitamos y anhelamos para nuestra tierra y nuestra gente, y la fijación de población rural; no obstante, estas circunstancias no se darán sin el concurso efectivo y principal de las mujeres en esta empresa.
Esta entrada del Blog de la Universidad Isabel I se enmarca en las actuaciones de la institución académica enfocadas a alcanzar el propósito principal del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5: lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Editor: 4/12/2019 Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-398
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