Emilio Marqués Suárez - Lun, 21/03/2022 - 10:50
Acuarela de Van Gogh.
Serie: 'Criminología en Serie' (XXI)
Cuando hacemos este tipo de autopsias, estamos ante una técnica pericial de investigación indirecta y retrospectiva que analiza al individuo con el objetivo de acercarse a comprender las circunstancias que rodearon el hecho causante del fallecimiento.
Para realizar todo este trabajo contamos con un método y un procedimiento, que desde los inicios de su práctica en 1958 por Robert Litman en el County Medical Examiner se ha venido perfeccionando por parte de los criminólogos.
Su biografía es la prueba más fiel de la que disponemos para guiarnos sobre los aspectos que revelan; el carácter, temperamento y forma de actuar del pintor. Ella, nos da pistas sobre su proceder en la vida. Si estudiamos su obra casi podemos considerarla una autobiografía; su autorretrato, su habitación, sus pinturas sobre acontecimientos importantes, los paisajes que pintaba, los lugares en que vivió, o la oreja que perdió. Todo su trabajo nos narra su ardua existencia.
Habitación de Van Gogh pintada por el mismo.
Su afición por la absenta, una bebida con un alto porcentaje de alcohol que provoca estados de alucinación y delirios, fue otro de los problemas añadidos a su tosca personalidad. El incidente con Gauguin otro artista con el que compartía vivienda en Arlés, fue un episodio que se puede explicar de manera bastante diferente a la que se narra en las biografías del pintor, pues los indicios y evidencias reconstruyen los hechos de manera bien diferente.
Paul Gauguin y él ya habían tenido un incidente de violencia anterior al famoso suceso de la oreja. Ambos tenían difícil carácter y la noche anterior a la perdida de tan preciado apéndice, el pintor francés, había incurrido en continuas provocaciones a las que Vincent Van Gogh respondió perdiendo los nervios y tirándole un vaso a la cabeza en una cervecería donde estaban bebiendo.
Acuarela completa de Van Gogh.
Aquel suceso no finalizó así. Al día siguiente, Van Gogh, seguramente dolido y nuevamente bebido, sacó fuerzas de flaqueza y acechó a Gauguin por la noche con la intención de darle muerte. En una plaza cercana le sacó amenazante una navaja de afeitar, a lo que seguramente el francés, un tipo rudo que además de artista había estado enrolado en la marina como grumete para explorar nuevos mundos, respondió arrebatándosela, llegando a cortarle durante la reyerta la famosa oreja. Teoría bastante probable si tenemos en cuenta la complexión y condición de sifilítico que tenía el holandés.
Es muy difícil admitir que un sujeto que aborda a otro, navaja en mano, para vengar ofensas con el ánimo de matar, acabe cortándose su propia oreja producto de una alucinación en el mismo acto.
Si tenemos en cuenta que Gauguin no figura entre los pintores zurdos de la historia, deducimos que era diestro. Si el lóbulo cortado a Van Gogh fue el izquierdo, se acentúa la posibilidad de que el corte se lo causó Paul Gauguin en una pelea frente a frente tras quitarle la navaja.
Una versión mucho menos romántica que la empleada por la historia para contar los hechos.
Algunos investigadores coinciden en que el caso se tapó para no verse perjudicados ninguno de los dos y que por ello lo declarado a la policía es lo que hoy en día mantienen las fuentes oficiales.
Más información en La Autopsia de Vicent Van Gogh (I)
ISSN 2697-1984
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
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