Diego Arceredillo Alonso - Vie, 26/07/2019 - 14:05
Cada mañana, al acercarnos a la Sierra de Atapuerca nos adentramos en un mundo desconocido, un mundo que debemos descubrir y mostrar a la sociedad. Estas son las dos labores principales del equipo de investigación de Atapuerca.
Mucha gente cree que nuestro trabajo únicamente consiste en excavar. Sin embargo, este es el punto de partida de un trabajo mucho más laborioso que conlleva muchas horas de estudio e incluso la consulta de colecciones de fósiles depositadas en museos de toda Europa. Tal vez la excavación es el trabajo más mediático de un paleontólogo y de un arqueólogo, y sí que es cierto que es el que te da más alegrías. Tras muchos años formando parte del equipo, ha habido algunos momentos que no se podrán borrar de mi memoria. La aparición de fósiles humanos en Gran Dolina, el descubrimiento, por aquel entonces, del europeo más antiguo en la Sima del Elefante o, por qué no, del enterramiento colectivo de la Cueva del Mirador van a formar parte de mi vida para siempre.
Muchos de los amigos que hice en mi primer año de excavación, en aquel lejano 2002, ahora son compañeros y colegas de profesión. Forman parte de mi familia científica, una familia que ha sido formada por, nada más y nada menos, un equipo galardonado con el Premio Príncipe de Asturias. En nuestro ADN ha quedado grabado su interés por la divulgación científica, considerando que el futuro de la ciencia pasa, sin lugar a dudas, por dar a conocer nuestros descubrimientos a sus verdaderos propietarios, todos nosotros.
Añadir nuevo comentario